Alberto Prieto es un piloto español que compite en la edición 2016 del Dakar a lomos de un quad Yamaha Raptor 700 bautizado como "Kilmister Machine" en honor al recientemente fallecido Lemmy Kilmister, líder de la popular banda Motörhead. Hasta este punto, esta podría ser la historia de un aficionado al mundo del motor que quiere vivir una aventura y recordando a su ídolo musical, se lanza a por ello. Pero hay una diferencia y es que
de él dice Marc Coma que 'está como una cabra'. No es para menos, puesto que
lo que diferencia de verdad a este madrileño de 44 años de todos sus competidores es el hecho de que pilota con un solo brazo. Así, como lo leen. El verdadero héroe del Dakar 2016 es un piloto español que a pesar de sufrir una parálisis permanente e irreversible en su brazo derecho -causada por un accidente de tráfico-, se ha lanzado a la aventura de su vida. De momento, ha completado las ocho primeras etapas y desafía la novena, la más dura del raid. Su historial no podría estar más alejado del historial de un piloto de competición. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, su trabajo se ha centrado en el asesoramiento y servicios a empresas. Desde "Knight Frank", compañía de la que es director ejecutivo,
ha encabezado varios proyectos de Responsabilidad Social Corporativa entre los que se encuentra el entregar bombas de insulina a niños con diabetes.
Actualmente, Prieto ocupa la trigésimo tercera posición de la general en la clasificación reservada a los quads, con dos pilotos por detrás y diez más que se han ido retirando por el camino. El objetivo cada día es llegar y por ahora lo está cumpliendo de maravilla. Puede que sea por esa mentalidad de que lo importante es llegar o por entender su situación, en la que la posición es lo de menos, pero Prieto está destacando por ser uno de los hombres que más ayuda ha prestado a compañeros y rivales con problemas en el camino. En la sexta etapa, Julián Merino y Wessel Bosman recibieron ayuda del simpático y bravo madrileño.
Por fortuna, él está teniendo pocos problemas. Si ya tiene mérito que el piloto esté siendo capaz de aguantar, lo mismo se puede decir de su máquina. Los quads suelen sufrir en este tipo de competición y no son pocos, los abandonos por problemas técnicos que suelen verse, sobre todo en equipos con menos recursos. Por ahora, Prieto y la Kilmister Machine están aguantando. Es algo por lo que el piloto debe estar agradecido, puesto que
para Prieto, algo tan simple como apretar un tornillo suelto puede convertirse en el desafío más complicado. Pero su historia nos demuestra como a veces, nuestras limitaciones que tanto nos perjudican en el día a día no deben impedirnos luchar por obtener metas mayores. En el caso de Alberto, puede que apretar un tornillo sea difícil pero competir en el Dakar está dentro de sus posibilidades y puede llegar a soñar con completarlo.
La historia de Prieto no empieza en 2015 y es que después del accidente en el que perdió la movilidad del brazo en 2003 -en moto-, este hombre de espíritu aventurero decidió seguir subiéndose a sus amados vehículos de dos ruedas aunque caída a menudo. Cuenta que
un amigo le sugirió probar un quad por aquello de tener cuatro ruedas y evitar un mayor número de caídas. Quedó enamorado y compite contra todos en igualdad de condiciones... por decir algo. Uno de los puntos clave para que Prieto pueda asumir el desafío del Dakar es su buen estado físico.
Desde hace más de una década practica Thai Boxing, monta en bicicleta y hace triatlones y maratones. Además, entrenó para acostumbrarse a la altitud a la que llega a competirse en este raid para poder mantener el ritmo. Con los años, fue adquiriendo experiencia con el objetivo de acabar llegando a competir en el Dakar, la prueba de este tipo más dura de todo el planeta.
El objetivo siempre ha sido llegar al final aunque Prieto es consciente de la dificultad de lograrlo. Aún así, esperaba que la etapa del Salar de Uyuni fuera una de las más complicadas y pudo superarla. Hoy tiene otro desafío por delante pero como siempre en su vida, sigue a por todas. Alberto Prieto es un rockero y aunque en su moto lleva pegatinas de Lemmy Kilmister y Loquillo, como amante de la música seguro que se acordará también en estos días de David Bowie.