El coche británico buscará el récord absoluto entre los vehículos de producción
Rhys Millen será el encargado por segundo año consecutivo de tratar de batir la plusmarca entre los vehículos de producción.
La de 2019 será una edición atípica de la Subida a Pikes Peak. La carrera norteamericana siempre ha contado con algún proyecto muy atractivo que se destacaba sobre el resto. Algún proyecto ‘gordo’ que pretendía discutir el récord al Peugeot 208 T16 PPIHC de Sébastien Loeb. Ahora, con el registro ya rebajado en 2018 por el prototipo eléctrico de Volkswagen Motorsport, situando la cifra por debajo de los ocho minutos, nos encontramos con la gran ausencia del cuatro veces ganador de la prueba, Romain Dumas.
El francés, oriundo de la pequeña localidad de Alés, que consiguió establecer hace un año un tiempo de 7 minutos y 57 segundos en la subida de montaña más famosa del planeta, faltará a la cita después de haber superado hace apenas una semana la plusmarca de un coche eléctrico en Nordschleife. Sí estará el que ha sido durante muchas ediciones su gran rival: Rhys Millen, hijo del histórico Rod Millen que peleó con Monster Tajima por bajar de los 10 minutos en la Carrera hacia las nubes cuando ésta todavía mantenía su recorrido sobre tierra.
El neozelandés, además de especialista de cine y expiloto de rallycross, se ha convertido también en un digno sucesor de su padre, siendo uno de los rivales de Sébastien Loeb en aquella edición de 2013, pionero al volante los prototipos eléctricos y ahora reconvertido en piloto de fábrica de Bentley. Encarando la que será la 97ª edición de la Subida de Colorado Springs, Millen buscará hacer cumbre en Pikes Peak a 4.303 metros al volante de un Bentley Continental GT de nueva generación.
El objetivo del fabricante británico es el mismo del año pasado, establecer un nuevo récord para uno de sus vehículos dentro de la categoría de producción. Si el año pasado el Bentley Bentayga se coronó como el SUV más rápido de la historia del PPIHC, consiguiendo completarlos casi 20 kilómetros de itinerario en un tiempo de 10 minutos y 49,9 segundos, ahora el objetivo se ha situado un poco más abajo, con récord de la categoría conseguido por David Donner en 2015 al volante del Porsche 911 Turbo S de 2014.
El tiempo es de 10 minutos y 26,896 segundos, una cifra que tendremos que esperar hasta el próximo 30 de junio para saber si es batida por Millen y una versión muy cercana a la convencional del Bentley Continental GT con motor W12 y 635 CV de potencia. El objetivo será el de conseguir establecer esta nueva marca coincidiendo además con el 100 aniversario de Bentley, algo que se recuerda precisamente con el dorsal que portará la montura de Rhys.
Formando parte de la categoría exhibición (recordemos que en PPIHC se establece en separaciones como Time Attack, Open Wheels o Unlimited), las preparaciones a las que se someterá la unidad serán mínimas. Apenas se quitarán los elementos prescindibles, instalándose los baquets, los arneses y la jaula de seguridad, así como un sistema auxiliar de oxigeno que ayudará a Rhys Millen en la parte final de la subida para evitar el malestar producido por la altitud. Con tres semanas por delante para apurar los últimos detalles, Bentley prepara muchos test para tener todo listo de cara a la Subida a Pikes Peak 2019.