En un año donde tantas marcas han decidido recortar sus presupuestos de competición, los DPi están siendo una bocanada de aire fresco muy de agradecer por cualquier aficionado a las carreras. Y concretamente a la resistencia. Tras , en los últimos días hemos podido conocer también
las apuestas de Cadillac y Nissan por este nuevo reglamento 'Made in USA'. La idea es sencilla. IMSA, promotor del United SportsCar Championship, quería acordar con la FIA y el ACO (organizador de Le Mans) un reglamento común para la categoría LMP2. Pero no quería prescindir de la implicación de las marcas, algo en peligro por el motor genérico que se empleará a este lado del Atlántico. Y
de ahí nacen los DPi: son LMP2 de base con motores elegidos por cada marca y cuya estética es retocada para dotarlos de un aspecto único.
Aunque regresa al mundo de la resistencia tras un asalto a Le Mans fallido a principios de los 2000, Cadillac será el gran rival a batir en esta primera temporada de existencia de los DPi. Al fin y al cabo
heredarán los conocimientos de Corvette, marca también propiedad de GM y que tras dominar en Prototipos se centrará en GT a partir de 2017. Por ello no parten de cero. El DPi de Cadillac Racing es conocido como DPi-V.R. y
será puesto en manos de dos de las estructuras más prestigiosas de la resistencia en Norteamérica: Wayne Taylor Racing (que contará con la leyenda estadounidense Jeff Gordon en las 24 Horas de Daytona) y Action Express. La base del prototipo es el LMP2 desarrollado por la casa italiana Dallara, aunque para batirse el cobre en EEUU y Canadá se le ha dotado de un motor V8 atmosférico de 6,2 litros, preparado por una estructura con gran experiencia en NASCAR como Earnhardt Childress Racing.
En el caso de Nissan por los DP es quizá menos decidida pero no por ello se le puede presuponer una menor competitividad. Tras el discreto rendimiento de su proyecto LMP1 y , categoría donde ha dominado, por la implementación del motor genérico Gibson,
la marca nipona ha terminado asociándose a Extreme Speed Motorsport, ganadores de las 24 Horas de Daytona y las 12 Horas de Sebring 2016. El Nissan Onroak DPi
nace del Ligier JS P217 y monta un propulsor V6 de 3,6 litros biturbo. Y aunque ha sido el último de los DPi en ser puesto en pista, la experiencia del equipo ESM y la valía de sus pilotos (para las pruebas de resistencia contarán con Pipo Derani, que estuvo estelar en 2016, Bruno Senna y Brendon Hartley) obligan a tener confianza en el proyecto. Frente a estas apuestas oficiales de Mazda, Cadillac y Nissan veremos también algunos equipos privados dispuestos a dar guerra con sus LMP2 bajo especificaciones FIA. Mientras que para todo el campeonato tendremos a una estructura tradicional como Spirit of Daytona, en las grandes citas de resistencia
Rebellion Racing, competidor habitual en el Mundial de Resistencia, promete ser un competidor temible. Será una temporada apasionante.