KALLE ROVANPERÄ LIDERA
La jornada del sábado en el Rally Acrópolis estaba marcada como una de las más exigentes debido a su kilometraje, sin embargo, las lluvias hicieron de ella un reto aún mayor, lo que llevó a que Sébastien Ogier o Thierry Neuville fueran los principales damnificados.
Una debacle absoluta. El Rally Acrópolis tenía reservada una jornada del sábado con más de 140 kilómetros competitivos, en lo que no sólo era el plato fuerte, sino que también se convirtió en una absoluta trampa para los competidores después de que las pistas de tierra por las que se desarrolló quedaran incluso más rotas tras las lluvias caídas durante la semana en los coletazos de la Borrasca Daniel sobre las islas mediterráneas.
Con esta situación en mente, ninguno de los pilotos que se fueron turnando al frente de la general parecían tener la seguridad de que pudieran mantener dicho puesto de honor hasta el final de la cita griega. Ni siquiera un Thierry Neuville que comenzó el día contestando de forma inmediata al ataque con el que Sébastien Ogier pretendía asaltar el liderato. El belga se aprovechó de una equivocación del ocho veces Campeón del Mundo en un cruce, mientras que, a sus espaldas, Kalle Rovanperä no podía cerrar a brecha desde la tercera posición y Elfyn Evans perdía mucho tiempo.
En el caso del galés todo parecía apuntar a que estaba muy cerca de perder sus opciones de cerrar aquí la brecha en la general del campeonato cuando en la última especial de la mañana tuvo que parar el motor por una presión demasiado alta de aceite, completando el recorrido de dicho tramo en modo 100% eléctrico y con la pérdida de casi un minuto. El piloto de Toyota tiró de sus grandes dotes como mecánico para apañárselas a la hora de encontrar una solución de emergencia y llegar a la asistencia, por lo que para él fue un mal menor el perder la cuarta plaza para lo que pudo haber sido un abandono en el peor momento del año.
Parecía que se había superado el momento más dramático del día, sin embargo, el bucle vespertino, destrozado tras las primeras pasadas, puso al límite a las mecánicas y llevó a la debacle. El problema más importante vendría de la mano de Thierry Neuville, que en el primer tramo de la tarde rompía la suspensión delantera derecha en el impacto de una zona bacheada. El belga no sólo decía adiós a su segundo triunfo del año, sino que también retrocedía claramente en su búsqueda de transformar esos cinco subcampeonatos que destacan en su palmarés en un titulo intercontinental. Lo seguiría Sébastien Ogier.
El francés tenía margen sobre Rovanperä, sabiendo además que el finlandés, aunque mantenía su velocidad innata, no iba a arriesgar en busca de una victoria parcial cuando se encontraba peleando por allanar su rumbo hacia el bicampeonato Mundial. No había llegado al ecuador de la última especial del sábado cuando Ogier comenzó a perder tiempo tal y como mostraban los parciales. Lo que al principio eran 10 segundos cedidos se convirtieron en una parada en mitad del itinerario para cambiar lo que aparentemente era un neumático pinchado.
Pronto se darían cuenta Seb y Vincent Landais que era algo más. La suspensión trasera estaba completamente rota, por lo que la pareja francesa se volvió a montar en el Toyota GR Yaris Rally1 y buscó completar el recorrido. El baile del eje trasero llevó en más de una ocasión a que Ogier rozara la salida de pista, con el eje trasero completamente colapsado y con unos neumáticos que amenazaban con desllantarse.
Llegaron a la meta, pero los casi cuatro minutos cedidos le llevaban directamente a la cuarta posición y entregaban la primera posición provisional a falta de las tres especiales del domingo en manos de Kalle Rovanperä y Jonne Halttunen. Con la imposibilidad de regresar por sus medios, Ogier terminó retirándose y aceptando los 10 minutos de penalización que lo sitúan actualmente noveno de la general.
En las posiciones que luchaban por entrar al podio no fue menos el nivel de dramatismo. Dani Sordo terminó el día en una espectacular segunda posición después de que, en algún punto del día, tras el abandono de Neuville, Toyota llegara a protagonizar un triplete provisional. El cántabro aprovechaba lo sucedido con Thierry y con Sébastien Ogier para meterse en un mano a mano con Evans por el podio, superándolo de nuevo en el último tramo después de que el de Toyota se dejara más de 9 segundos.
Tampoco fue el mejor día para Esapekka Lappi (alternador roto, problemas de transmisión y pinchazo) que lo dejó en el último lugar del Top5, mientras que Takamoto Katstuta, tras un trompo, vio cómo Ott Tänak también lo superaba en la general para situarse el estonio cuarto tras la penalización de 3 minutos y 40 segundos que recibió el viernes por llegar tarde a un control horario. En WRC2, Andreas Mikkelsen retomó el liderato por cuatro décimas sobre Greensmith, mientras que Yohan Rossel, desesperado con los pinchazos, terminó tercero.