El Rally Monte Carlo de 1998 vio el último triunfo de la marca japonesa en el principado
La victoria de 'El Matador' Carlos Sainz en la prueba inaugural de la temporada 1998 fue el último éxito español en MonteCarlo.
Desde su irrupción en el Campeonato del Mundo de Rallies en los años 70, Toyota ha sido una marca a menudo protagonista de un WRC que le dio sus mejores años en la década de los 90 con los títulos de Carlos Sainz, Juha Kankkunen y Didier Auriol. El español se impuso en el Rally Montecarlo en tres ocasiones, dos de ellas con Toyota (la otra con Subaru), siendo la última en la edición de 1998. Fue la última vez que un piloto español o un Toyota ganaron en los tramos del principado. Un evento especial en el que fue el debut de Sainz en el Corolla WRC.
El Rally MonteCarlo de 1998 fue la primera cita de la temporada, con cierta incertidumbre en cuanto a qué vehículos serían más competitivos. La igualdad entre Subaru y Mitsubishi tenía todos los números de seguir, con Ford en clara remontada y Toyota con ganas de recuperar el tiempo perdido tras la sanción de dos años sin correr impuesta por la famosa infracción del turbo del Celica GT-Four. Entre los favoritos estaban Carlos Sainz y Didier Auriol con Toyota, Tommi Mäkinen y Richard Burns con Mitsubishi, Colin McRae con Subaru y Juha Kankkunen con Ford.
La prueba comenzó entre Luceram y Peira Cava, con Didier Auriol mandando el primer aviso al lograr el primer 'scratch' con el Toyota Corolla. Carlos Sainz solo podía ser séptimo a veinte segundos de su compañero de equipo en un tramo con algunas sorpresas como la segunda posición del alemán Armin Kremer en un Subaru Impreza privado de la temporada anterior. Todo cambió en el segundo tramo con el mejor tiempo de Gilles Panizzi en el Peugeot 306 Maxi... y un segundo puesto que le valía a Sainz para ocupar esa misma posición en la general. Para sorpresa general, el liderato caía en manos de Piero Liatti, especialista en asfalto de Subaru.
Las primeras posiciones empezaron a estabilizarse con la lelgada de los Lancer Evo IV de Tommi Mäkinen y Richard Burns (técnicamente un Carisma GT), además del Impreza de Colin McRae. Tras un pequeño percance en la cuarta especial, el primer día terminó con Sainz segundo a un minuto y ocho segundos de un aparentemente implacable Mäkineny apenas diez segundos por delante de Liatti. Pero la segunda jornada empezó con un total de once retiradas, entre las que destacó nada más y nada menos que la del líder de la prueba, un Mäkinen que a pesar de no tener ninguna necesidad de arriesgarse, sufría un accidente que le dejó fuera de la prueba.
Eso hizo que Sainz heredara un liderato que, junto con los problemas de Liatti, hizo que el español pasara a estar un minuto por delante de Juha Kankkunen y su Ford Escort. Mientras tanto, la pelea fratricida entre Liatti y McRae hacia que Subaru centrara la atención de la prueba al llegar a su ecuador. Las posiciones se mantuvieron hasta el último tramo del día, con McRae superando de forma definitiva a su compañero. Por delante, una última jornada en la que quedaba poco por decidir al haber muchas diferencias entre los primeros clasificados.
El último día se inició con un Liatti en plena búsqueda del podio, superando a a McRae y Burns, separados los tres por menos de tres segundos. Las posiciones no cambiaron hasta el penúltimo tramo, con McRae logrando dejar atrás a Liatti de forma definitiva. El último tramo, el décimoctavo del evento, fue apenas un puro trámite con un solo cambio de posiciones entre los 30 primeros clasificados, con Carlos Sainz manteniendo el liderato después de gestionar efectivamente su ventaja y terminar la prueba con casi 41 segundos de ventaja sobre Juha Kankkunen.
Colin McRae completó el podio con doce segundos de ventaja sobre Piero Liatti, ganando el duelo de los Subaru mientras Richard Burns se conformó con la quinta posición. El último punto fue para el piloto belga Bruno Thiry. Entre los demás pilotos españoles participantes, solo Luís Climent llegó al final al ser décimoctavo al volante de un Mitsubishi Lancer Evo III. Oriol Gómez se retiró por un accidente, mientras Jose María San José tuvo que retirarse en un evento complicado para los pilotos de la rojigualda.
La primera prueba del año dejaba a Sainz con una primera victoria de la temporada que acabaría siendo su último éxito monegasco así como el de una Toyota que no ha repetido allí desde entonces. Dentro del anecdotario, en la trigésimo sexta posición terminó un tal Daniel Elena en su etapa como piloto antes de pasarse al copilotaje y desarrollar su carrera como el acompañante de Sébastien Loeb. Elena no solo fue trigésimo sexto al terminar el rally, sino que fue décimo tercero en la clase de Producción y segundo en N1. Las vueltas que da la vida...