Tanto el hexacampeón, como Esapekka Lappi tenían contratos para 2020
Tras perder los servicios de Sébastien Ogier, el fabricante francés confirmaba el cierre inmediato de su programa en el WRC
Rumoreado hace una semana hasta que Jean-Marc Finot tuviera que salir a la palestra para que en su puesto como responsable de PSA Motorsport pusiera fin a las habladurías de que Citroën no estaría en el Campeonato del Mundo de Rallies en 2020. Fue apenas una tirita, un 'susto en vez de muerte', ya que en aquellos momentos Finot anticipaba que el fabricante de los dos chevrones no estaría para ver nacer la nueva normativa con World Rally Cars híbridos, la misma que se inicia en 2022.
Habría por tanto tiempo para asumir la ruptura, quizás incluso para hacer las paces y convencer a Citroën de que siguiera. No se podía decir así adiós a un fabricante que ha pasado las últimas dos décadas ligado al campeonato. Incluso la idea de que comenzara a desarrollar el nuevo WRC con su tradicional fórmula de año sabático y regreso no parecía ya tan mala opción. Menos de una semana más tarde del estallido de estos rumores, Linda Jackson y el propio Finot estampaban sus nombres en el comunicado que anunciaba oficialmente finalización del proyecto de los franceses en el Mundial.
Curiosamente, en el anuncio, además de la ausencia de declaraciones de Pierre Budar, responsable de Citroën Racing, destacaba especialmente que la firma había decidido condicionar su adiós a las series intercontinentales después de saberse que el seis veces Campeón del Mundo de Rallies abandonaría la estructura de Versalles. 'Sin Ogier y sin ningún piloto de primera clase disponible para luchar por el título, Citroën toma la decisión de retirarse de forma anticipada de su programa en el WRC”.
Se terminaba de esta forma el compromiso firmado con sus dos pilotos, Sébastien Ogier y Esapekka Lappi, así como con el campeonato, en el cual se dijo en más de una ocasión que permanecerían al menos hasta finales de 2020. El programa carreras-cliente seguirá en marcha, manteniendo en este caso las unidades del Citroën C3 R5, sin embargo, el C3 WRC será recluido previsiblemente en el museo de la marca, incapaz de igualar los éxitos de sus predecesores con un ratio de apenas 6 victorias en 40 pruebas.
Ni mucho menos se homologará la versión extrema del kit aerodinámico con la que se pudo ver al Citroën antes del Rally RACC de Catalunya – Rally de España. Ya no será necesario homologarlo, en una suerte parecida a la que ocurrió en su día con el Volkswagen Polo R WRC 2017. En cuanto a los pilotos, aunque parecía descabellado hace unas semanas, parece ahora un poco más factible que Sébastien Ogier estrene en el año de su retirada el que será su cuarto fabricante tras Citroën, Volkswagen y Ford M-Sport, esperando la llegada junto a él de Elfyn Evans y Kalle Rovanperä, ninguno de estos movimientos todavía oficializado. En el caso de Lappi, con Hyundai ya cerrada después del fichaje de Ott Tänak, parece que tendrá que tratar de pescar uno de los asientos en la estructura de Malcolm Wilson junto a Andreas Mikkelsen, Jari-Matti Latvala o Kris Meeke.
Para Citroën en cambio no se vislumbra ningún programa de fábrica en un periodo a corto/medio plazo. PSA Motorsport anunciaba la pasada semana que Peugeot regresaba a la resistencia en 2022 y a las 24 Horas de Le Mans, mientras que en el caso de su otra firma hermana ya se ha anunciado que centrarán sus recursos de marketing en abordar la futura transición energética con el lanzamiento de la nueva generación de modelos electrificados a partir de 2020.