Siete pruebas transcurridas del Mundial de Rallies 2016 y sólo una cosa clara:
Sébastien Ogier tiene los cimientos bien consolidados para conseguir el que puede ser su cuarto título de campeón del WRC. Y todo ello a pesar de los cambios reglamentarios que han jugado claramente en su contra y que en el resto de equipos,
particularmente Hyundai Motorsport, se han rearmado a conciencia con el objetivo de llegar a la próxima temporada con la moral de las tropas en todo lo alto. Aun así, afrontamos cinco meses más de intenso dominio del equipo Volkswagen.
La maniobra de la FIA de endurecer la normativa anti-Ogier ha funcionado y ahora que ‘realmente’ el francés está abriendo tramos las dos primeras etapas (en 2015 los que se reenganchaban tras abandonar el viernes, salían a los tramos del sábado antes que el líder de la general), estamos siendo conscientes de la desventaja que se tiene con este reglamento. El mismo que nos ha deparado grandes carreras este año y la posibilidad de
ver seis ganadores distintos en siete rallies, algo que no se veía en el WRC desde 2001.
Jari-Matti Latvala era el primero en tomar la alternativa una vez que el calendario llegaba a la primera cita de tierra tras Suecia y Monte-Carlo, ambas dominadas por Sébastien. El finlandés, con uno de sus habituales inicios de campaña que le suelen descartar por completo de la lucha por el título de pilotos, se agarraba a sus pocas posibilidades, siendo consciente de que
Ogier falla en muy pocas ocasiones. El de Gap era segundo, por lo que la pérdida de puntos era perfectamente asumible.
La regularidad de la punta de lanza de los de Wolfsburgo es su punto fuerte.
A pesar de no conseguir una victoria desde el mes de febrero, Ogier ha ampliado su renta al frente de la general con otros tres podios y un sexto puesto que le hacen afrontar las pruebas de asfalto con la libertad de
poder atacar ya sin la desventaja de tener que barrer la primera capa de tierra al resto de los participantes. En estos cinco meses de rallies sin victorias del piloto galo,
hemos visto a Hayden Paddon estrenando su palmarés en el Mundial tras un extenuante duelo con Ogier hasta el último tramo del Rally de Argentina, una inesperada victoria de Kris Meeke en Portugal y a
Thierry Neuville y Andreas Mikkelsen siguiendo el camino del norirlandés, sumando la que era la segunda muesca en su revolver para todos ellos. Incluso nos quedamos
a las puertas de presenciar el histórico triunfo de Ott Tänak al volante de su Ford Fiesta RS WRC calzado con neumáticos DMACK. Hubiera sido reseñable que el fabricante anglo-chino fuera el primero en desbancar a Michelin tras un lustro de victorias de los del Bibendum. Finlandia, Alemania, China, Francia, Gales, España y Australia. Esas son las
siete pruebas que le quedan de vida a los actuales World Rally Cars. A no ser que la FIA decida reciclarlos a través de una Copa WRC para adinerados gentleman drivers, jóvenes a los que el WRC2 se les ha quedado pequeño u otros pilotos sin la confianza de las marcas. Tres de asfalto, tres de tierra y una mixta que determinarán quién es el último campeón de la primera era de estos coches con motor 1.6 turbo.
¿Y después qué?
Lo desconocido. Volkswagen, Citroën y Toyota ya hace semanas que están
centradas en desarrollar sus nuevos coches bajo la normativa técnica de 2017, mientras que Hyundai y M-Sport han retrasado el debut de sus respectivos modelos de test y han matado el tiempo utilizando sendas mulas de pruebas con piezas mecánicas para la próxima temporada.
En torno a Toyota sigue girando esas dudas, intensificadas por todo ese secretismo que rodea al proyecto encabezado por Tommi Mäkinen. Los problemas relacionados con la transmisión y la refrigeración del motor y la reciente salida de varios técnicos han encendido todas las alarmas. En cuanto a los fichajes, se espera una pretemporada tranquila, con todos los
pilotos de Volkswagen atados por lo menos hasta finales de 2017. Sin poder ‘pescar’ a los Ogier, Latvala o Mikkelsen, Thierry Neuville es sobre el papel el piloto más deseado del mercado, con Citroën o la renovación por Hyundai como principales opciones de futuro para el belga.
Dani Sordo también termina su contrato con la firma coreana esta temporada, aunque de él ya se dice que estaría próxima su renovación por dos años más con su actual formación, en la que acompañaría a Hayden Paddon y a la espera de conocer quién sería el tercer piloto.
Citroën Racing por su parte, tiene asegurada la presencia de Kris Meeke, con contrato hasta 2018, mientras que para el segundo coche hay muchos nombres en la larga lista redactada por Yves Matton. Lefebvre, Breen, Suninen y el propio Neuville son algunos de ellos. Toyota tiene prácticamente seguro que contará con
Juho Hänninen como uno de sus tres pilotos (dos en las primeras pruebas de 2017), mientras que para los otros asientos se están barajando posibilidades realistas como la de Esapekka Lappi o tanteos a Petter Solberg, Sébastien Loeb o Mikko Hirvonen como medidas desesperadas. Ninguna de estos últimos recursos parece haber dado resultado. Por último
, en M-Sport hay todavía más incertidumbre al no tener la seguridad de contar con el apoyo oficial de una marca. Malcolm Wilson decidió firmar con Eric Camilli, su particular apuesta de este año, por dos temporadas, mientras que en su mesa también están la renovación de Ostberg o el regreso de Tänak y Elfyn Evans.