Seis victorias de ocho posibles. El resumen de la temporada realizada por
Cristian García es tan brillante como sus números, aún más si echamos la vista atrás y vemos que hasta hace dos temporadas estaba todavía compitiendo en la ya extinta Beca de RMC. Mucho ha cambiado la vida del piloto aragonés durante este año, pasando por ser piloto oficial
bajo los colores de Mitsubishi España y Repsol y finalmente con la consecución de su primer título de Campeón de España. Ya se veía que iba en serio durante la minitemporada canaria con la que comenzó el calendario del Nacional de Asfalto de 2016. Las
victorias tanto en el Islas Canarias como en Adeje le situaron al frente de la lista de candidatos a llevarse el campeonato en ausencia del vigente campeón. Sin Miguel Fuster en las listas de inscritos y con los hermanos Vallejo todavía acusando la falta de feeling con el Citroën DS3 R5,
García supo estar en el lugar y el momento adecuado, sin cometer demasiados errores, completó un primer tercio de año en el que ya se atisbaba que sería muy complicado bajarle de lo más alto de la clasificación. Las
actualizaciones a las que se sometieron al Mitsubishi Lancer Evo X R4 o N+, como la RFEdA ha querido denominarlos durante todo el año, le sirvieron para acercarse al rendimiento de los R5 más efectivos, e incluso situarse por delante al tratarse de un modelo muy fiable y robusto que no suele tener graves problemas de fiabilidad.
La poca continuidad en los programas de sus mayores rivales, entre los que se encontraban Iván Ares, los hermanos Burgo o 'Yoni' Pérez, permitió que Cristian se destacara rápidamente tras las victorias en Canarias, Adeje y Sierra Morena.
Únicamente
hubo dos borrones, Ferrol y Princesa de Asturias. Un pinchazo y dos errores de pilotaje dejaron al zaragozano sin posibilidad de luchar por el pleno, algo que viendo su ritmo en el resto de pruebas hubiera sido perfectamente factible. Ourense, Santander y
para terminar, Llanes, este mismo fin de semana, encumbran la temporada 2016 del pupilo de Roberto Méndez y prolongan la racha del preparador leonés, encargado de afinar el Porsche 997 GT3 con el que Fuster consiguió en 2015 su pentacampeonato. Es la primera cara nueva,
el primer ganador de savia nueva que consigue el título en la última década, tras los conseguidos a principios del Siglo XXI por los dos hombres de Citroën, Dani Sordo y Dani Solà, a los que sucedieron apellidos muy conocidos en nuestro Nacional como Fuster, Vallejo, Ojeda o Hevia,
aquellos que los aficionados repetían como una cantinela que habían aprendido en la escuela a base de repetir como ocurría con los ríos o las montañas de España.
¿Cambio de Ciclo?
La irrupción de caras nuevas como
Iván Ares, Manuel Mora, Fran Cima, Jonathan Pérez, Surhayen Pernía, Alberto Monarri y la del propio Cristian García parecen confirmar el cambio generacional que está sufriendo el Campeonato de España, al menos dentro de la modalidad de asfalto. El principal problema sigue estando en las dificultades que se encuentran las jóvenes promesas para
sacar un programa completo para competir en el Nacional, e incluso lo difícil que en muchas ocasiones el ver esta competición como un paso previo antes de acometer objetivos mayores, como el de realizar un salto a competiciones internacionales, en este caso el europeo o el Mundial. La dinámica parece estar cerca de cambiar,
con la instauración por completo del reglamento FIA (el R5 pasaría a ser el coche referencia, a la espera de ver qué decisión se puede tomar con la todavía minoría formada por los N5 o por los Mitsubishi ‘atómicos’), las marcas parece que han visto en el Nacional un buen lugar en el que
publicitar sus modelos ante los siempre fieles aficionados a los rallies, aprovechando que fabricantes como Hyundai, Ford, Citroën o Skoda ya tienen un modelo desarrollado. El problema seguirá siendo el de encontrar el presupuesto convenciendo a los patrocinadores y además ayudar a la aparición de nuevos talentos fomentanto la base del deporte.