La gran novedad es Paraguay. Eso es lo que ha presentado Etienne Lavigne, en el acto de esta mañana convocado por la ASO y en el que se desvelaba las primeras pinceladas de la edición 2017 del Dakar. La unión de un nuevo país
a la ya presencia de Argentina y Bolivia significará un cambio en la tónica de la prueba durante los últimos años. Sin la posibilidad de pasar por Chile o Perú debido a los recientes desastres naturales que han afectado a esa zona del planeta, ha obligado a
Amaury Sport Organisation a buscar alternativas. Lo cierto es que
la presencia de Paraguay es meramente testimonial, acogiendo la salida (2 de enero de 2017) en su capital, Asunción, y parte de la primera etapa, mientras que las 11 etapas restantes serán repartidas entre suelo boliviano y argentino.
Precisamente será en La Paz donde se realizará la etapa descanso (8 de enero), a casi 4.000 metros de altitud y obligando a todos los participantes a hacer un fuerte entrenamiento específico en altura. La meta estará situada el 14 de enero en Buenos Aires. Por el camino,
cuatro etapas en Bolivia y siete en Argentina, la cual volverá a llevar el peso de la carrera y será allí, sobre las dunas de Fiambalá, donde previsiblemente se decidan las victorias. En principio estamos de
nuevo ante un Dakar con poco desierto y dunas y sí con grandes retos alternativos como el mal de altura (6 etapas en condiciones de mucha altitud), pistas muy técnicas o las inclemencias meteorológicas.
Toyota y MINI quieren cambios en el reglamento:
Dominó el pasado Dakar de cabo a rabo, incluso con un rookie a su volante.
Consiguió hasta 10 victorias de etapa de 13 posibles y volvió a poner a un buggy en lo más alto de la clasificación del Dakar, a pesar de que el recorrido de la edición 2016 no era el más beneficioso para este concepto de coche. A las otras dos firmas representadas en la categoría de coches no les hizo ninguna gracia
ver a sus robustos 4x4 batidos por un prototipo de tracción trasera en el que lo único que había relacionado con el modelo de calle era la silueta del Peugeot 2008 también muy modificada. Es por ello que
tanto MINI/X-Raid como Toyota/Overdrive, han hecho llegar a la FIA una queja y la petición de que los reglamentos sean modificados para que se igual el rendimiento entre los buggies y los 4x4. La decisión, que llegará las próximas semanas determinará si se deja la normativa técnica tal y como está o si
se lastra a los buggies de alguna forma o si en cambio se otorga beneficios a los modelos de tracción total como la posibilidad de utilizar nuevos neumáticos de mayor diámetro y más anchos, la posibilidad de inflar o desinflar las ruedas desde el habitáculo o un mayor recorrido de suspensiones. Esta últimas es una de las opciones que suenan con más fuerza.
Esto mantiene
a la espera a los grandes gallos de la categoría. Mientras que Peugeot ha vendido tres de las cuatro unidades de su Peugeot 2008 DKR16 al preparador francés, PH Sport (el cual los alquilará para disputar el Dakar 2017 y otras pruebas de la Copa del Mundo de Rallyes Cross-Country), y
ya planea la introducción de un nuevo buggy con la silueta del 3008 para la próxima edición de la cita sudamericana, Nasser Al-Attiyah ha dejado MINI para competir en Abu Dhabi y Qatar con una Toyota Hilux V8. Sólo serán esas dos pruebas, ya que el príncipe qatarí está también esperando cómo evoluciona el tema reglamentario antes de comprometerse con un equipo que no le permita luchar por la victoria final. En cuanto a las motos, se está cociendo un cambio de mando.
KTM está en plena restructuración del equipo tras dos salidas muy importantes entre sus motards de confianza. Sin Marc Coma (ahora mano derecha de Etienne Lavigne), ni Jordi Viladoms (director deportivo de KTM), Toby Price y Matthias Walkner tendrán que portar el estandarte del austriaco, mientras que
HRC ha hecho un movimiento claro y está formando una estructura en torno a Joan Barreda, trasladándose a Barcelona y nombrando un nuevo jefe de equipo, Roberto Boasso. El Dakar 2017 promete darnos muchas alegrías.