Parece increíble que una marca de tal tradición en el mundo del todo terreno como Toyota jamás haya ganado el Dakar en categoría absoluta de coches. Pero así es, pese a muchos triunfos entre los T2 (vehículos de serie), a los japoneses se les resiste el Dakar casi tanto como otra de sus grandes espinas clavadas: . Y por desgracia tras sólo tres días de competición
todo apunta a que tendrán que esperar a 2018. Las Hilux preparadas por Imperial Toyota (importador sudafricano) y Overdrive (sociedad belga dirigida por Jean-Marc Fortin) se las prometían muy felices. El nuevo reglamento técnico de la FIA les daba vida frente a los buggies diésel de Peugeot y hasta decidieron al ver
la competitividad de Nasser Al-Attiyah en la Copa del Mundo de Todo Terreno, donde se hizo con el título y batió al Peugeot 3008 DKR de Carlos Sainz en Marruecos.
Pero fue
llegar a Sudamérica y cruzarse todo. Nasser Al-Attiyah se impuso en la primera etapa pero a un precio quizá excesivo: tuvo que completar los últimos diez kilómetros de especial con un conato de incendio en el motor, un problema que ya había sufrido su compañero Giniel de Villiers en entrenamientos. Y un par de días más tarde llegó el primer gran revés. En cuestión de minutos, cuando la tercera etapa del Dakar 2017 llegaba a su fin, se pararon todos los Toyota Hilux con opciones de victoria final. Nasser Al-Attiyah arrancó una rueda y perdió más de dos horas,
tomando una vez en el vivac la decisión de abandonar. Giniel de Villiers sufrió problemas de presión de gasolina y se dejó media hora. Nani Roma no salió tan mal parado, pero llegó a meta a un cuarto de hora de Stéphane Peterhansel. Y si alguien depositaba confianza en alguno de los numerosos privados a los mandos de Hilux, incluso alguno como Erik van Loon se dejó un mundo en este miércoles fatídico para Toyota.
Sí, en un Dakar diferencia de quince o treinta minutos son recuperables y por ello no podemos descartar aún un gran resultado final de Nani Roma o Giniel de Villiers. Pero tampoco es posible olvidar que
frente a los Toyota se encuentra un equipazo como es Peugeot Sport. Por algo en medio de las dificultades de los Hilux los 3008 DKR de Peterhansel, Sainz y Loeb firmaron el doblete. Y a medida que avance la prueba vendrán terrenos en altura y dunas, favorables a los buggies franceses. Para batir a las grandes dinastías del Dakar, ya sea KTM, Mitsubishi, Volkswagen, o Kamaz, es necesario realizar una carrera perfecta de principio a fin. Y por desgracia este Dakar 2017
se le ha puesto muy cuesta arriba a Toyota cuando más al alcance de su mano lo creían tener. Veremos si hay capacidad de reacción.