Está claro que decidir ser piloto cuando llevas el apellido del hombre más exitoso de la historia de la Fórmula 1 y su sangre por tus venas no es un camino fácil.
Ante Mick Schumacher, hijo de Michael y sobrino de Ralf, está un camino complejo, más que difícil. Tendrá muchas más ayudas -económicas y de acceso a buenos consejos- que otros jóvenes con los que comparte parrilla aunque también mucha más presión, por lo que su evolución será distinta a la de otros soñadores. Pero lo importante es saber si tiene talento así que, ¿es Mick Schumacher un piloto a tener en cuenta? La respuesta real oscilará entre un doble afirmativo en el mejor de los casos y una combinación de afirmativo y negativo en el peor. El viejo debate de los deportistas donde se opone lo innato a lo adquirido acaba siendo especialmente interesante en este caso particular.
Puede que Mick Schumacher haya heredado el talento de su padre -o puede que no- pero lo que seguro que su entorno se encargará es de que replique la incansable ética de trabajo de la que el siete veces campeón del mundo hizo gala cuando estaba en activo. Traduciéndolo a palabras fácilmente entendibles: independientemente de que Mick Schumacher tenga o no talento, lo más probable es que una gran cantidad de test en todo tipo de coches le ayuden a aprender, mejorar, formarse como piloto y cultivar el talento que tenga.
Su base será probablemente suficiente como para por lo menos llegar a la Fórmula 1 en un futuro. Su apellido prácticamente lo garantiza con un mínimo de resultados que de momento se han obtenido. Por ahora es difícil saber si tiene la velocidad pura de aquellos tocados por una varita mágica o no. Dicho esto, ahora tienes la oportunidad de dejar de leer puesto que
la respuesta a la gran pregunta ya la hemos dado en la medida de lo posible: no podemos saber aún si tiene la velocidad de los grandes campeones. Aunque hay que recordar que una visión relativamente reconocida es la de que Mika Häkkinen tenía más talento puro que Michael Schumacher y que fue el trabajo duro e incansable de este último, el que le ayudó a contrarrestar sus por otra parte menores carencias como piloto. Trabajando más que nadie y preocupándose de formar un equipo "redondo", obtuvo un éxito sin precedentes.
¿Importa, entonces, que Mick Schumacher pueda tener la velocidad de Lewis Hamilton, Fernando Alonso o Sebastian Vettel? En cierta forma, desde luego. A un piloto de Fórmula 1 se le debe exigir un mínimo de talento y si el alemán quiere tener éxito en la máxima categoría, no lo hará sin una cierta velocidad.
Quizás la pregunta debería ir más en el sentido de descubrir si esa velocidad sólo puede venir de dentro o el entrenamiento y trabajo pueden cultivarla... lo que sí tenemos de momento como elemento para juzgarle son sus resultados en monoplazas, así que es recomendable seguir leyendo. Olvidándonos convenientemente de su paso por el karting -fue subcampeón europeo y mundial en 2014-,
los monoplazas han mostrado una buena evolución de Schumacher... buena, pero no increible. En su primer año en la Fórmula 4 alemana fue décimo en la general con una victoria en su primer fin de semana, además de ser el tercer mejor debutante. Un debut positivo, si bien otros pilotos como David Beckmann destacaron mucho más. De cara a 2016, el único objetivo posible era ganar el certamen en el que acabara compitiendo. Este acabó siendo un objetivo dual al competir en la Fórmula 4 en Alemania e Italia.
En ambos casos fue subcampeón, llevando a muchos a pensar que a pesar de su evolución, sigue sin impresionar. La realidad es que sus rivales eran pilotos con más experiencia, contando Joey Mawson -campeón de Alemania- con un año más de Fórmula 4 a sus espaldas y habiendo realizado varios test en GP3 Marcos Siebert -campeón de Italia-. En 2016, Schumacher alterna grandes carreras con remontadas dignas de mención con errores propios de quien está bajo presión. Pesan más sus buenas actuaciones, sin duda, y por ello gana carreras y consigue ser subcampeón llegando en ambos casos a la última ronda con opciones. Pero también es cierto que en las dos temporadas que ha disputado en monoplazas se ha visto una evolución evidente y
en 2016 ha sido protagonista en todas las competiciones en las que ha tomado parte. En resumen, está haciendo lo que debe hacer y sigue escalando una montaña increiblemente escarpada. En todo caso, podemos discernir que a día de hoy en los Fórmula 4 se han empezado a ver ciertos puntos de su pilotaje que curiosamente recuerdan a los de su padre. Aunque las sesiones clasificatorias no han sido su fuerte, en carrera suele rendir muy bien y no teme los adelantamientos ni las remontadas.
Para completar su temporada 2016 y seguir preparándose para el año que viene,
Mick Schumacher toma parte en la temporada 2016-17 de la MRF Challenge, un campeonato organizado en India que resulta ideal para que los jóvenes pilotos con suficiente presupuesto se mantengan en activo durante el invierno. Esto les ayuda a acumular experiencia y a no perder el punto competitivo durante las vacaciones. A tenor de lo visto en la primera ronda en Bahréin y las primeras carreras de Dubái, Mick Schumacher volverá a enfrentarse a Joey Mawson por el campeonato. Lo que está claro es que ahora mismo hay dos elementos clave a tener en cuenta para el futuro del joven piloto alemán. El primero es ver qué sucede con
Mercedes. Los últimos rumores le sitúan dentro de su programa de jóvenes promesas de la misma forma que lo están Pascal Wehrlein y Esteban Ocon -no en vano estuvo con la marca en la celebración de sus éxitos de 2016-. Esto podría acercarle al DTM, sobre todo teniendo en cuenta que en 2017 estará en la Fórmula 3 europea, compartiendo circuito con el campeonato alemán. Pero en Mercedes son conscientes de la posición mediática y los beneficios de marketing que el hijo del gran Michael Schumacher podría tener estando relacionado o incluso compitiendo en la Fórmula 1. Por ello,
el DTM difícilmente será una línea de meta para el hijo del heptacampeón, que tiene como objetivo final llegar a la categoría reina y ser campeón allí. Por ello, Schumacher no apartará la mirada de la categoría donde su padre reinó más que nadie en la historia del automovilismo. Aunque para ello
tendrá que pasar primero por la Fórmula 3. Lo hará con el equipo Prema Powerteam, el dominador de los últimos años en el certamen europeo. A priori e incluso a pesar de las normativas introducidas para frenarles de cara a 2017, el equipo debería ser un destino fantástico. Es difícil de imaginar a un Mick Schumacher luchando por el título en la Fórmula 3 el año que viene pero si consigue hacerse con algunas victorias, podría buscarlo en 2018. Aunque podría destacar antes... a fin de cuentas, la Fórmula 3 es donde empieza a verse quien vale y quien no. Para el joven "Schumi", llega un año crucial.