Frank y Claire dejarán sus puestos tras el GP de Italia
Después de asegurar la supervivencia del equipo para los próximos años, la familia Williams ha decidido desvinculares de la escudaría tras su venta
Después de comenzar el año en la cuerda floja, la decisión de ROKiT, su sponsor principal de dejarles plantados antes de comenzar la temporada sería el primer gran quebradero de cabeza para Williams Racing. Las condiciones de apreturas financieras llegadas tras el estallido de la pandemia planetaria llevaron a que la escudería con sede en Grove no tardara demasiado en hacer público que oficialmente estaban en venta y que, a pesar de que estaban abiertos a buscar simplemente nuevos inversores, también reconocían que estaban dispuestos a traspasar parcialmente o en su totalidad el equipo a unos nuevos propietarios.
Las cuentas para 2019 de Williams Grand Prix Holdings (WGPH) revelaron que los ingresos del grupo cayeron en más de 14,5 millones de euros, por lo que era vital encontrar una solución, la cual se anunciaría durante el pasado mes de agosto. El equipo no solo se comprometía con la Fórmula 1 para las próximas cinco temporadas firmando el Acuerdo de la Concordia, sino que también anunciaba finalmente que un fondo de inversión estadounidense bajo el nombre de Dorilton Capital había adquirido en propiedad a la formación.
El anuncio, más que positivo, ayudaba a confiar en la supervivencia de uno de los grandes nombres del campeonato, aunque despertaba dudas acerca del papel que jugarían a partir de este punto la familia Williams. Ha sido en la misma mañana del jueves cuando el equipo británico ha anunciado desde Monza lo que se esperaba: tanto Frank como su hija Claire, actualmente subdirectora de la escudería, dejarán sus puestos dentro del equipo tras el próximo Gran Premio de Italia, lo que cierra una etapa y hace que precisamente la Fórmula 1 pierda el poco aroma clásico que quedaba en ella. Matthew Savage, Darren Fultz y James Matthews integrarán la nueva junta directiva de la compañía.
Muchos pilotos históricos y 16 Campeonatos del Mundo:
Nos despedimos de esta forma de la última escudería familiar de la Fórmula 1, la misma que acogió un día a grandes nombres como Ayrton Senna, Damon Hill, Nelson Piquet, Juan Pablo Montoya, Keke Roberg, Nigel Mansell, Jacques Villeneuve o Alan Jones. La cuenta de sus títulos habla por sí misma, después de haber logrado hasta nueve Campeonatos del Mundo de constructores y siete de pilotos. Fundado en 1977 como siguiente paso lógico para Frank Williams y Patrick Head, la escudería es uno de los considerados como equipos históricos de la categoría reina.
Han pasado ya ocho años desde que Pastor Maldonado subiera a lo más alto del podio en el Circuit de Barcelona-Catalunya tras haber logrado la última victoria para el equipo. El venezolano incluso sería elevado a hombro por dos Campeones del Mundo como Fernando Alonso o Kimi Räikkönen, los cuales subieron en aquel día con Pastor a los cajones
del trazado catalán. Desde entonces, los podios prácticamente han caído a cuentagotas y salvo condiciones excepcionales, la estructura ha estado instalada en la segunda mitad de parrilla, sin conseguir esquivar el farolillo rojo durante las últimas temporadas.
Ha pasado ya un lustro desde que Felipe Massa y Valtteri Bottas se consiguieron colar en la tercera posición del campeonato de constructores en 2014 y 2015. El rendimiento de las Unidades de Potencia Mercedes-Benz, sumada a la inercia positiva del equipo técnico les permitían codearse con los principales gallos del campeonato.
Este fin de semana tanto Claire como Frank se despedirán de la Fórmula 1 entre lágrimas, de un equipo con el que lograron hasta 11 victorias y 129 pole position. Seguramente, después de haber asegurado el legado de la escudería a corto plazo y el puesto de trabajo de los miembros de la formación. El acuerdo con los nuevos propietarios permite sellar un compromiso para mantener el nombre de Williams hasta 2025, así como la nomenclatura FW de los monoplazas enhonor a Frank Williams.