El asturiano y Marc Coma sufrieron un accidente sin consecuencias personales
Primera mitad de la etapa maratón y muchas sorpresas que han permitido a Carlos Sainz y Lucas Cruz volver a construirse un colchón a falta de solo dos días para el final.
Era una jornada que hace tiempo tenían marcada en el calendario tanto Fernando Alonso como Marc Coma. El inicio de la etapa maratón que discurrirá entre hoy miércoles y mañana jueves iba a ser una oportunidad perfecta para la pareja española de intentar la que podía ser su primera victoria de etapa, teniendo en cuenta que habría muchos equipos que decidirían salvar los muebles y llegar al vivac de esta noche sin desperfectos en sus coches antes que atacar en la búsqueda de un triunfo parcial. Y es que el reglamento no permite la utilización de asistencias durante esta jornada, por lo que, si rompías algo, serías tú mismo el que lo tendría que arreglar.
Les tocó romper precisamente a Alonso y Coma, cuando ni tan siquiera habían pasado por el punto kilométrico número 87 de los 534 km competitivos que inicialmente había programados entre Haradh y Shubaytah, los cuales tampoco se han cumplido al final. Una duna cortada, un ángulo demasiado inclinado de la Toyota Hilux V8 4x4 cuando ha tocado atacar la cumbre y dos vueltas de campana que han obligado a la pareja española de Toyota a tener que retirar el parabrisas y cambiar una rueda.
Afortunadamente han conseguido seguir en carrera con más de una hora perdida y con el susto en el cuerpo, obviamente ya sin opciones de luchar por la victoria de etapa en un día en el que también Nani Roma y Dani Oliveras sufrían problemas en el inicio de la especial, con un fallo en la caja de cambios en su Borgward (su compañero Ricardo Porem ya lo había tenido al inicio del rally) que puede acabar con su edición 2020 debido a las peculiaridades de esta etapa maratón en la que no pueden recibir asistencia.
Carlos Sainz mucho más líder:
Era un día para que Carlos Sainz y Lucas Cruz atacaran, aprovechando que su resultado de la novena etapa les permitía salir más retrasados que sus principales rivales por la victoria. Asi sería. El MINI JCW Buggy con el dorsal #305 se lanzaba a por todas en una jornada que estaría marcada por las fuerte rachas de viento que complicaban la visibilidad.
Sainz y Cruz tiraban en los primeros waypoints, lo que les permitía construir ya una importante ventaja al frente de la clasificación del día desde el inicio, aunque pronto ASO informaría de la necesidad de neutralizar la etapa a partir del kilómetro 345 ya que las condiciones habían empeorado y que los copilotos no podían llegar a la zona final del recorrido fruto a estos problemas de visibilidad y debido a la gran cantidad de accidentes sucedidos en los primeros kilómetros.
La décima etapa del Dakar (primera parte de la maratón) terminaba por tanto en el Control de Paso número dos, tomando las referencias de los competidores en el kilómetro 223, lo que daba como ganadores en motos y coches a Joan Barreda y Carlos Sainz en una jornada que ha salido redonda para el madrileño después de que ayer sostuviera el liderato de la general por apenas 24 segundos. A sus rivales les caían 11:48 a Stéphane Peterhansel y 17:46 a Nasser Al-Attiyah después de que ambos se perdieran, por lo que los hombres del Bahrain JCW X-Raid Team han conseguido ampliar su ventaja al frente de la clasificación por encima de los 18 minutos con ambos. Esto obligara al qatarí y a Monsieur Dakar a asumir muchos riesgos en la jornada de mañana.
En motos, las diferencias eran mucho menores, por lo que Barreda apenas ha podido recortarle un minuto y 7 siete segundos al líder de la general, Ricky Brabec, en lo que parece que puede ser finalmente el año en el que se corta la racha de victorias consecutivas que hasta ahora ostentaba KTM, con 17 tuaregs en sus vitrinas conseguidos ininterrumpidamente (salvo el año 2008 que no se disputó la prueba). Sería el primer Dakar para Honda en 30 años.