La victoria de Max Verstappen pasa a un segundo plano
La carrera se dio por concluida después de tres vueltas tras el Coche de Seguridad y después de más de 4 horas de incertidumbre.
Un bochorno absoluto. Ese podría ser el resumen de lo acontecido este domingo en el Circuito de Spa-Francorchamps. Las previsiones de mal tiempo se cumplían, por lo que no parecía nada sorprendente que se tuviera que aplazar la salida, sin embargo, a partir de esas tres de la tarde, hora a la que debería haber empezado el Gran Premio de Bélgica 2021, la Fórmula 1 ha encadenado una decisión errónea tras otra hasta que, al borde de las siete de la tarde en España, se confirmaba que la carrera no pasaría de las pocas vueltas que los monoplazas han rodado tras el Coche de Seguridad.
Tras aplazar la decisión de comenzar la competición, dirección de carrera daba la luz verde para que se hiciera un primer intento tras coche de seguridad. El Aquaplaning o la estela de agua que levantaban los monoplazas hacían inviable el poder iniciar la acción en el circuito de las Ardenas. Los mensajes de la organización seguían siendo los mismos a partir de ese momento, retrasando la decisión de qué hacer con la carrera a la espera de que el tiempo milagrosamente diera un respiro y permitiera disputar, aunque fuera una decena de vueltas.
Se estaba improvisando hasta el punto de que la FIA tiraba del artículo 11.9.3 del Código Deportivo Internacional para poder parar el crono de tres horas que se estaba descontando desde las 15:00h y que hubiera obligado según el reglamento de la Fórmula 1 a finalizar el Gran Premio, pasara lo que pasara a las 18:00h. Con una hora de margen y con los aficionados soportando la lluvia y el frío en las gradas del trazado de Spa, la información proveniente de los radares meteorológicos era de todo menos halagüeña, por lo que la confirmación de que la carrera se reanudaría a las 18:17h parecía un movimiento que sonaba más a engaño que a una opción real.
Así fue. Los pilotos salieron del pit-lane de nuevo detrás del coche de seguridad y después de completar otras dos vueltas y cuando ya nos acercábamos a las 19:00h, la carrera se daba por concluida después de sacar una nueva bandera roja. La polémica sería aun mayor ya que con estas tres vueltas tras el Safety Car, el reglamento permite repartir la mitad de los puntos en juego por haber completado más del 2% de la distancia de la carrera, por lo que Max Verstappen, que partía desde la posición de Pole, se llevaba la victoria y la mitad de los 25 puntos que le hubieran correspondido, mientras que George Russell subía por primera vez al podio por delante de Lewis Hamilton.
El ver la ceremonia del podio o a algunos equipos celebrando esta situación sin duda chocaba al ver la seriedad de los aficionados, prácticamente atenazados por el frío y aguantando estoicamente cuatro horas sin ningún tipo de acción en pista. La Fórmula 1 escribía sin lugar a dudas uno de los mayores bochornos de toda su historia, no porque la carrera esté mal cancelada (en esas condiciones era imposible garantizar un mínimo de seguridad), sino por todo el proceso que se ha llevado a cabo durante esta tarde gris de agosto.
En cuanto a lo deportivo, poco parecía ya importar el noticiable accidente sufrido por Checo Pérez en su vuelta de instalación en parrilla que parecía dejarle fuera de carrera. Hubo tiempo más que de sobra para que los mecánicos reparasen su monoplaza, para que Christian Horner convenciera al mexicano de que no se fuera del circuito y poder dar dos vueltas tras el Coche de Seguridad con el resto.
El propio Carlos Sainz se mostraba muy disgustado por el hecho de que se hayan repartido puntos en una carrera que simplemente no ha existido y en la que el madrileño ha terminado décimo, completando las posiciones con derecho a puntos que comenzaban con la cuarta plaza de Daniel Ricciardo hasta la novena de Nicholas Latifi, entre los que estaban Sebastian Vettel, Pierre Gasly, Esteban Ocon y Charles Leclerc.