La última carrera de la temporada acabó con la casi tradicional combinación de victoria y título.
La lucha a cuatro bandas entre Kyle Busch, Denny Hamlin, Kevin Harvick y Martin Truex Jr. se resolvió a favor del primero.
El pasado fin de semana, la NASCAR resolvió su temporada 2019 como dicta la tradición; en el circuito de Homestead en Miami, con cuatro candidatos al título y una lucha por la victoria y por el campeonato auspiciada por el propio campeonato con una ventaja técnica para los ‘cuatro jinetes del apocalipsis’. Al final, un ganador que fue Kyle Busch después de una carrera que trajo emoción pero que pudo haber dado más, como en temporadas pasadas. El piloto de Toyota logra así su segundo título de la NASCAR después del obtenido en 2015. Para lograrlo esta vez tuvo que batir Martin Truex Jr, Kevin Harvick y Denny Hamlin, todos ellos terminando en el top 10 en parte gracias al rendimiento de los cuatro coches candidatos a la corona.
La última carrera del año, la Ford EcoBoost 400 disputada en Homestead, fue la prueba número 36 de una temporada que se hace larga para todos pero en especial para los candidatos al título. Después de 26 carreras, el campeonato selección a los 16 candidatos al título en un sistema de 'Play Off' que luego reduce el contingente a 12 en primera instancia y a 8 luego antes de acabar con los 4 candidatos finales. En la NASCAR, pase lo que pase la normativa se asegura que el certamen se decida en la última carrera con una pelea a cara de perro. El piloto que acabe más arriba de los cuatro que optan a ganar es el que se proclama campeón.
El fin de semana arrancó con la pole position de Hamlin, que a pesar de todo perdió el liderato pronto. Aunque el verdadero momento dramático llegó en los boxes. Peleando por la primera posición antes de llegar a las últimas paradas de la carrera, en su parada en boxes se puso demasiada cinta adhesiva en su parrilla delantera. Esto obligó a Hamlin a volver a pasar por boxes, lo que al final le relegó a la décima posición final. Quien no estuvo en la pelea tanto como habría deseado fue Harvick, líder durante 41 vueltas, incluyendo un periodo después de una resalida tardía. Pero acabó quedando fuera de la pelea final y tuvo que conformarse con ser cuarto en carrera, lo que significó la tercera posición en el campeonato.
El auténtico rival de Busch fue Truex, quien llegó a liderar un total de 103 vueltas. Una parada en boxes en la que sus mecánicos se equivocaron con los neumáticos le obligó a realizar otra parada para corregirlo y aunque durante un periodo de neutralización posterior se le permitió reengancharse a la vuelta del líder y consiguió pelear de nuevo, ya no volvió a mostrar el mismo dominio que al principio de carrera. Aún así, Truex logró alargar la decisión al mantenerse en la lucha por la victoria. Al final, el campeón de 2017 acabó la carrera en segunda posición, solo por detrás de un Kyle Busch que de esta forma se llevó el último triunfo del año y también el título de la NASCAR Cup Series.
Por su parte, Busch tuvo el coche más veloz en la segunda mitad de carrera con un total de 120 vueltas lideradas. Para el estadounidense, el título es especial ya que este sí está libre de toda controversia. En 2015 se perdió multitud de carreras y solo pudo entrar en la ronda de los Play Off a pesar de no estar en todas las carreras como pide el reglamento por un permiso especial por razones médicas. La del pasado fin de semana fue la quinta victoria del año de un Kyle Busch que no había ganado desde el 2 de junio en Pocono. A diferencia de sus rivales, no había logrado ningún triunfo durante la ronda de Play Off ni tampoco es el hombre con más éxitos este año.
Para añadirle al ‘picante’, Kyle Busch es el ‘chico malo’ de la NASCAR, con una afición dividida entre quienes favorecen y quienes odian a 'Rowdy', mote recibido por a Rowdy Burns, el antagonista de la película 'Days of Thunder' (Días de trueno en castellano) protagonizada por Tom Cruise y Michael Rooker entre otros. Así, la temporada 2019 termina con Toyota en lo más alto una vez más y con una diana sobre la espalda del tan querido como odiado Kyle Busch. El número 18 con la ya mítica decoración de M&M’s se tendrá que preparar para un apasionante año de defensa del título.