Tras la marcha de Renault que supuso el cambio de rumbo de la Fórmula Renault 3.5, el nuevo campeonato está listo para empezar este mismo fin de semana en el circuito Motorland de Aragón.
Es el momento clave para la nueva Fórmula V8 3.5, un certamen que espera tener todo lo bueno que tenían en su encarnación anterior y algunas cosas que su nueva etapa les permita añadir. Lo primero y más importante es mencionar que
Renault sigue siendo "partner" técnico del campeonato. Por ello, nadie debería sorprenderse de ver los logos de Renault Sport exactamente en los mismos lugares en los que podíamos verlos durante la temporada pasada. En ese sentido -el técnico-, el campeonato ha cambiado muy poco... o de hecho, nada. Sigue el mismo monoplaza que ha dado carreras interesantes y ha enseñado a varios pilotos con el mismo motor.
La dirección espera tener un monoplaza nuevo para la temporada de 2018, para la cual si todo va bien deberían llegar con una estructura de campeonato más sólida, equipos en una posición más segura y más pilotos de más talento de los que habrá nada más comenzar la temporada 2016. Como se suele decir últimamente, lo mejor está por llegar. Pero lo que hay ahora es una base de campeonato con un amalgama de varios países con un sabor muy español gracias a RPM.
No en vano hay dos equipos españoles este año en la Fórmula V8 3.5, los capitaneados por Teo Martín -Teo Martín Motorsport- y Adrián Vallés -AV Fórmula-, además de
hasta tres citas sobre las nueve de las que cuenta el calendario. Habrá carreras en Motorland, Jerez y Barcelona; todo un lujo para los aficionados españoles, que tendrán fácil acceso a monoplazas de alto nivel para verles competir. Pero, ¿cual es la importancia de la Fórmula V8 3.5 dentro del panorama de competición internacional? Más allá de si las carreras son buenas o malas e incluso de lo estrictamente deportivo. La política puede ser su mayor aliada y su peor enemiga. Ante todo,
el campeonato no está bajo el paraguas de la FIA de la misma forma que lo están la GP2 y la GP3. Eso les permite algo más de libertad en sus normativas, lo que puede ser bueno para el crecimiento del campeonato. Pero a su vez,
esto puede complicarles el atractivo del certamen, teniendo menos puntos para la Superlicencia de Fórmula 1 y demás. En cualquier caso, es una buena escuela y si en un futuro buscan intentar emular un concepto como el de la Super Fórmula, el campeonato podría llegar a ser un posible destino de los pilotos en lugar de ser solo un escalón más hacia la Fórmula 1 u otras categorías. Quien sabe...