El pentacampeón y su copiloto, Julien Ingrassia, son líderes
Los tramos de tierra de la cita italiana parecían predecir que los líderes de la general perderían mucho tiempo en la primera etapa, hecho contrarrestado por la aparición de la lluvia.
La lluvia sorprendió a los competidores y a los equipos en el Rally de Italia-Cerdeña, séptima prueba del Campeonato del Mundo de Rallies que no sólo marcará el ecuador de la temporada, sino que también iniciará el parón veraniego que llevará al WRC hasta finales de julio, fechas en las que se disputará en Rally de Finlandia, última carrera sobre tierra antes de regresar al asfalto y el hormigón característicos de Alemania.
Los tramos, más húmedos y con menos polvo permitieron que los primeros clasificados de la general pudieran afrontar la jornada del viernes con unas condiciones mucho menos negativas que hubieran supuesto unas circunstancias meteorológicas mucho más calurosas y secas propias de estas fechas. Esto permitía a Thierry Neuvillecompletar el bucle matinal en segunda posición, sólo por detrás de Andreas Mikkelsen. El líder de la general se mantenía a 14 segundos de su compañero de equipo en Hyundai, manteniéndose por delante de los otros dos rivales que están llamados a disputarle el título intercontinental de pilotos, Ott Tänak en tercera posición y Sébastien Ogier en la quinta, a sólo una décima del tiempo de Teemu Suninen y a apenas 23 segundos del líder de la carrera sarda.
Con los pilotos de lo alto de la general ocupando las primeras posiciones que en teoría iban a estar reservadas para los competidores con un orden de salida que teóricamente iba a ser más favorable en condiciones de seco, pilotos Jari-Matti Latvala, Esapekka Lappi o Hayden Paddon se veían relegados a posiciones retrasadas en la general, con los dos pilotos de Toyota afrontando las especiales de la mañana con una estrategia más conservadora que en anteriores ocasiones. En el caso de Lappi, que brilló en la edición de 2017 de la carrera italiana a pesar de problemas de la caja de cambios (logró aquí su primer scratch), un pinchazo en la primera especial del viernes le obligó a tomar con mayor precaución el resto de tramos del primer bucle, sabedor de que un nuevo pinchazo le dejaba fuera de carrera al no tener más neumáticos de repuesto.
Los cuatro tramos de la tarde serían una historia completamente distinta. Sébastien Ogier marcaba el scratch en el primero de ellos,la segunda pasada por el tramo de Tula, logrando pasar de la quinta plaza a ser el nuevo líder del Rally de Cerdeña después de que unos problemas con la transmisión de su Hyundai i20 WRC retrasaran al hasta entonces líder, Andreas Mikkelsen. El noruego no lograría dicho fallo de fiabilidad y no podría volver a reemprender la marcha después de que su caja de cambios se quedara atascada en la marcha atrás al intentar volver a pista tras un semitrompo en la segunda especial de la tarde.
Neuville por su parte también sufriría en las segundas pasadas por los tramos, cometiendo algún error que le hacía terminar el día a 18,9 segundos del liderato de Sébastien Ogier. Jari-Matti Latvala escalaba a la tercera posición, aprovechándose no sólo del problema de Mikkelsen, sino también de los abandonos de Suninen por salida de pista y de Ott Tänak, también piloto de Toyota, el cual caía de forma muy aparatosa tras un salto y dañaba el radiador de su Yaris WRC. El estonio, que estaba llamado a ser la principal alternativa a Sébastien Ogier y Thierry Neuville en la lucha por el título, sumaba su segundo abandono consecutivo tras el sufrido en Portugal hace unas semanas también por problemas en el motor después de golpear unas piedras en mitad de la trazada.
Los numerosos abandonos y un cambio de reglajes permitían a Esapekka Lappi recuperar sensaciones, escalando a la cuarta plaza de la general provisional y superando a Mads Ostberg, Hayden Paddon y Craig Breen, últimos representantes de los World Rally Cars entre los 10 primeros. Octavo, Stéphane Lefebvre al volante del Citroën C3 R5 oficial. El francés no podría responder al ritmo que mantenía el piloto de Skoda, Ole-Christian Veiby, sin embargo, problemas en la suspensión del Fabia R5 dejaban vía libre al francés, obligado a despuntar ahora que la firma de los dos chevrones pasa por uno de sus momentos más difíciles en el Mundial de Rallies tras despedir a Kris Meeke hace dos semanas.