Cuando uno intenta , es normal sentirse perdido. Sea el que sea el campeonato que estemos viendo, lo más normal es que se componga de varias categorías y clasificaciones distintas corriendo todas al mismo tiempo. Y aunque en Le Mans y el Mundial de Resistencia lo normal es que los titulares se los lleven los vencedores absolutos y de la categoría reina, LMP1, además de alguna referencia , otras dos categorías con restricciones al nivel de los pilotos les acompañan. LMP2 y GTE-Am
tratan de preservar el espíritu de los clásicos 'gentlemen drivers' mediante la aplicación de un sistema de categorización FIA que también es puesto en práctica en campeonatos donde abundan los GT3. En función del palmarés del piloto, su edad y de si está a sueldo de un fabricante, un comité de la FIA decide si este es platino, oro, plata o bronce. Los pilotos tienen derecho a protestar y la clasificación de estos suele ser fuente de polémica, pero este principio es básico para entender cómo funcionan las clases 'amateur' de Le Mans. Mientras que en LMP2 los coches son más rústicos que los LMP1, pese a compartir requerimientos en materia de seguridad, y los precios de los coches están limitados por reglamento,
en GTE-Am se utilizan los mismos coches que en GTE-Pro pero con al menos un año de antigüedad. La diferencia al final la marcan sobre todo los pilotos: en LMP2 al menos un piloto debe ser plata o bronce y en GTE-Am uno debe ser bronce y el otro como mucho plata.
Estas reglas existen para asegurar la supervivencia del piloto amateur, del adinerado que al final
paga las facturas y da trabajo a pilotos de gran nivel, equipos privados y departamentos de carreras-cliente. Pero no todo es siempre tan sencillo dados los diferentes criterios empleados por la FIA para asignar los estatus de plata o bronce. Entre los pilotos 'plata'
se pueden encontrar desde 'gentlemen drivers' de cierto nivel a expilotos de Fórmula 1 ya talluditos e incluso vencedores de las 24 Horas de Le Mans en categoría absoluta: en ambos casos entra Martin Brundle, que pasados los 50 años decidió correr en LMP2 junto a su hijo Alex y Lucas Ordóñez en 2012. De hecho Lucas representa otra "anomalía" del sistema de categorización FIA. Técnicamente un piloto contratado por un fabricante como Nissan debería ser automáticamente platino u oro. Pero muchos de los pilotos salidos de la GT Academy se mantienen en el limbo dado su escaso curriculum. En LMP1 eso da igual, pero en LMP2, donde abundan los motores Nissan y suelen correr estos jóvenes la cosa cambia.
La última perversión de este sistema
están siendo los pilotos que tras años en GP2 y Fórmula Renault 3.5 se quedan sin poder el salto a Fórmula 1. El palmarés les da para no ser considerados platino u oro, pero su nivel no es ni mucho menos el de un 'gentleman driver'. Así, Alpine se hizo con un triunfo en las 6 Horas de Shanghái 2015 en LMP2 alineando como amateur a Tom Dillmann, francés de gran experiencia en monoplazas potentes. Ni que decir tiene que los rivales protestaron y Dillmann ya es oro... Pese a estos juegos por encontrar a 'los malos menos malos' que recuerdan a cuando en los Juegos Olímpicos sólo eran aceptados amateurs y abundaban los profesionales camuflados,
lo cierto es que tanto LMP2 como GTE-Am son categorías relativamente accesibles. Ofrecen alternativas a cualquier participante ye siguen viendo algunas barriguitas, canas, actores de Hollywood como Patrick Dempsey y franquiciados de McDonald's como el ganador la categoría LMP2 del Mundial de Resistencia 2015, Julien Canal. ¿Y es que quién no ha soñado alguna vez con subirse al podio en Le Mans?