A lo largo de sus 90 años de historia, las 24 horas de Le Mans han contado con coches de todo tipo. Algunos, más competitivos. Otros, menos. Pero si unos pasan a la historia por su velocidad y otros por su aspecto, los hay que deben pasar ser recordados por sus extravagantes historias o el uso de revolucionarias tecnologías. Desafortunadamente, en la mayoría de casos son ejemplos de valentía sin los medios suficientes y los resultados no están a la altura.
A medida que la tecnología avanza, los inventos van aumentando en complejidad pero no necesariamente en resultados.
Ardex S80
Aunque el Ardex S80 no llegó a competir en las 24 horas de Le Mans, sí intentó clasificarse para la edición de 1981 así que nos tomamos la libertad de incluirlo en nuestra lista. Este coche tan particular comparte diseñador con el Rondeau M482, un engendro aerodinámico que jamás llegó a funcionar.
El Ardex S80 tenía la particularidad de montar un motor BMW de seis cilindros en línea... ¡dentro de la cabina y al lado del piloto! Básicamente como pilotar un coche con un pasajero. El coche usó conceptos de efecto suelo aunque en Le Mans, con lo bacheada de la pista, no podía aprovecharse demasiado. Puesto que participaba dentro del Grupo 6, la normativa del 110% para clasificarse dependía de los rapidísimos Porsche 936 así que se quedó fuera.
Panoz Esperante GTR-1
¿Qué tienen los estadounidenses, que les gusta salirse de lo establecido y sorprender con inventos tan inusuales?
El Panoz Esperante GTR-1 no es tan extaño por el concepto sino por el momento en el que aparece. Un coche con motor delantero y tracción trasera con el objetivo de ganar la histórica prueba francesa era una locura. Cualquier coche competitivo en la mayor categoría iba ya con motor central...
el Esperante se convirtió en un coche de culto, admirado y amado, con un sonido espectacular e incluso con un primer intento de participación híbrida aunque el coche no logró clasificarse para la carrera. El Esperante GTR-1 compitió en dos ocasiones en las 24 horas de Le Mans, obteniendo en 1998 una respetable séptima posición a pesar de competir contra los exóticos GT1 que poco se parecían a los coches de calle, al contrario que el GTR-1.
Deltawing
Antes de realizar su retorno a las 24 horas de Le Mans de forma oficial, Nissan tuvo un par de proyectos bastante únicos. El primero de ellos fue en realidad un proyecto estadounidense en el que Nissan puso dinero para llevarse la publicidad que tanto ansiaban.
El Deltawing empezó como un posible proyecto para coche del futuro de la IndyCar pero tras ser rechazados, el equipo capitaneado por Don Panoz, Ben Bowlby y AAR derivó el proyecto hacia Le Mans. Tras ser aceptados como el primer proyecto del Box 56, el coche se lanzó a competir. Aunque su velocidad apenas estaba al nivel de los últimos LMP2, su gran baza era el ahorro de combustible y neumáticos, minimizando sus paradas a boxes.
Desafortunadamente, un golpe por parte de uno de los Toyota le dejó fuera de carrera. El Nissan ZEOD, basado en las ideas aprendidas con el Deltawing, no tuvo mejor suerte y abandonó tras media hora de carrera en 2014.
Green GT H2
Otro de los proyectos que nunca llegaron a tomar la salida de las 24 horas de Le Mans aunque a diferencia del Ardex S80, que sí llegó a rodar en La Sarthe,
el Green GT H2 se quedó con las ganas, puesto que fue retirado por una existente preocupación en cuanto a sus "repostajes". El coche funcionaba por la energía resultante del encuentro entre el oxígeno y el hidrógeno a través de una pila de combustible. La energía, convertida en electricidad, serviría para transmitir una potencia de unos 460 caballos a ambos ejes. Con una autonomía de tan solo 40 minutos, los "repostajes" iban a estar a la orden del día y
se temía que los tanques de hidrógeno pudieran explotar si algo salía mal durante el "repostaje", causando una situación dantesca.
Nissan GT-R LM NISMO
La última locura de Nissan, un coche de LMP1 con motor y tracción delanteros. Lo nunca visto en la historia de las carreras con coches de alto rendimiento. El concepto del Nissan GT-R LM NISMO aplica todo esto junto con un sistema eléctrico que daría tracción a las ruedas traseras para equilibrar el rendimiento del coche, hacerlo gobernable y verdaderamente rápido, además de una aerodinámica que está pensada para circuitos rápidos a causa de su particular y única arquitectura. Desafortunadamente, los problemas en el sistema eléctrico y para sorpresa general, las suspensiones, lo condenaron en las 24 horas de Le Mans de 2015. Para 2016, esperan recortar distancias.