Mónaco, Nürburgring, Le Mans y este fin de semana es el turno de otros dos grandes eventos del automovilismo:
el Festival de la Velocidad de Goodwood y la Subida a Pikes Peak. El evento estadounidense hace tiempo que perdió parte de su carácter. Obligados por las presiones de los ecologistas, las autoridades de la zona tuvieron que ceder y asfaltar por completo
los casi 20 kilómetros de recorrido por miedo a que se erosionara la montaña y por tanto cambiando la forma de entender la Subida hacia las nubes y transformándola en una especie de circuito diabólico a una sola vuelta. A estas alturas de la película, prácticamente todo el mundo conoce o ha visto en alguna ocasión de refilón lo que significa Pikes Peak. Un duelo por parejas en el que máquina y piloto luchan contra el cronometro y la montaña.
El caprichoso recorrido con 156 curvas lleva a los participantes desde los 2.866 metros de altitud, a los que se produce la salida, hasta la cumbre de la montaña del Colorado, allí donde los pulmones de humanos y máquinas empieza a
pagar el esfuerzo de escalar hasta los 4.301 m, allí dónde el oxígeno empieza a escasear. La primera edición de la Subida
data de 1916. Salida de la mente de un vecino de Colorado Springs (Spencer Rose), se disputó por completo en un recorrido de tierra. En aquella ocasión la victoria se la anotó Rea Lentz, un joven de apenas 22 años, con un crono que se fue por encima de los 20 minutos. Desde entonces, por el hall de los campeones han pasado nombres tan ilustres como
Ari Vatanen, Walter Röhrl, Michele Mouton o Sébastien Loeb, todos ellos provenientes de una carrera fructuosa en el WRC. Aunque ninguno de ellos puede igualar la tradición exitosa de la familia Unser, la cual ha competido entre sus distintas generaciones en más de 100 ocasiones y cuenta con más de una treintena de victorias en las diferentes categorías. Esta no será una edición cualquiera.
En 2016 se cumple el centenario de esta espectacular cita, la 94ª ocasión que se disputa (es la segunda competición del motor más antigua de Estados Unidos, sólo superada por las 500 Millas de Indianápolis) y para ello han congregado a una centena de participantes y sus locas máquinas con el objetivo de que hagan frente a la tortuosa carretera que les llevará directamente a tocar las nubes. Entre ellos, los principales favoritos, los vehículos eléctricos de la categoría modificada.
Patio de recreo de los eléctricos:
Y es que quién le iba a decir a los precursores de la carrera, que un siglo después veríamos a
un coche propulsado únicamente por baterías dominando esta infernal subida. Lo cierto es que se adapta perfectamente a la actual filosofía de este tipo de sistemas que han relegado a los motores de combustión interna a un segundo plano. Y es que teniendo en cuenta que la competición se disputa a miles de metros sobre el nivel del mar y que cada kilómetro que se avanza a los motores les falta más y más oxígeno, el contar con un tipo de propulsión que no necesita ‘respirar’ es un gran paso adelante. La edición de 2015 del PPIHC ya fue ganado por un prototipo de estas características,
el PP03 de los letones de Drive eO (los mismo que compitieron hace años en el Dakar) y pilotado por Rhys Millen, hijo del mítico Rod, que ya compitió en el pasado en Pikes Peak al volante de sus espectaculares Toyota Celica y Tacoma, convirtiéndose en el gran rival del que es sin duda uno de los grandes nombres de esta prueba, Nobuhiro ‘Monster’ Tajima (nueve victorias). El tiempo del piloto y especialista de cine neozelandés
fue ni más ni menos que de 9 minutos 7,222 segundos, quedándose muy cerca de bajar de la barrera de los nueve, algo de lo que hasta ahora sólo ha sido capaz Sébastien Loeb con su estratosférico 8:13:878.
Este año
Rhys vuelve a presentar su candidatura a la victoria con el renombrado y mejorado eO PP100. La evolución sufrida por esta especie de barqueta eléctrica le ha llevado hasta cifras totalmente asombrosas gracias a sus 7 motores (en disposición tres en el eje delantero y cuatro en el trasero) que le hacen llegar hasta un equivalente de
1.600 CV de potencia, con unos impresionantes 2.500 Nm de par. Si tenemos en cuenta que el conjunto pesa apenas 1.200 kilogramos y que han decidido estrenar un nuevo sistema de frenos y unos neumáticos slick firmados por Hankook hechos a medida para este coche, parece que bajar de los nueve minutos es algo que está al alcance del pequeño de la saga Millen. No lo tendrá sencillo. También dentro de la categoría de eléctricos modificados nos encontramos a
Monster Tajima, el cual, a sus 66 años sigue trabajando con la misma ambición del primer día. Ahora colaborando con el diseñador de coches rumano Rimac, el japonés ha pasado de soñar con bajar de la mítica barrera de los diez minutos (algo que consiguió en 2011 por primera vez) a metas mayores. Sin embargo, hay algo que no le podrán quitar, él fue el
último en ganar en el recorrido mixto, un hito histórico que difícilmente se podrá igualar ya. Habrá un tercer invitado especial entre los eléctricos más potentes.
Acura, la denominación que se le da a Honda en Estados Unidos, ha preparado
un espectacular NSX EV Concept 4-Motor que será pilotado por Tesuya Yamano y que además de tracción total y una estética espectacular, también contará con una potencia que se acerca a los 1.000 CV. Todos ellos son teóricamente los grandes candidatos a luchar por el triunfo, sin embargo habrá un elemento perteneciente a la resistencia que tendrá la última palabra.
Un ganador de Le Mans con Norma:
Sí, la edición 2016 de la Subida a Pikes Peak contará con todo
un ganador de las 24 Horas de Le Mans entre sus inscritos. Romain Dumas se encontró con la victoria el pasado fin de semana en Le Sarthe por el abandono descorazonador a última hora del Toyota y sólo siete días después, el polifacético piloto francés saldrá de nuevo con
una barqueta preparada por Norma dentro de la categoríaUnlimited, la misma que solía acoger a todos los ganadores de la prueba norteamericana hasta la irrupción de los modelos eléctricos. Su M20 RD no cuenta con grandes mejoras mecánicas respecto a la barqueta con la que ganó en 2014, sin embargo si cuenta con una característica que le dará gran ventaja y que suele ser bastante extraña en este tipo de prototipos ligeros:
tendrá tracción a las cuatro ruedas. Dumas será la gran alternativa a los modelos eléctricos en una lista en la que nos encontramos con otros dos Acura NSX híbridos dentro de Time Attack, un Porsche Cayman GT4 Club Sport o incluso
un bestial Ford Focus con carrocería sedán y 850 CV de potencia construido en Nueva Zelanda y pilotado por un multimillonario apasionado por el automovilismo, Tony Quinn. A partir de las 16:00 del domingo, los motores atronarán Pikes Peak de nuevo, todos menos los de los eléctricos.