Hasta apenas hace unos años,
la tecnología eléctrica era más propia de la Ciencia Ficción que de la realidad, más aún si el tema a tratar era la competición. Únicamente el Trofeo Andros galo, la apuesta de los equipos privados que
afrontaban costosos proyectos para Subir a Pikes Peak con una tecnología que les permitiera bajar de los 10 minutos e incluso algún que otro aventado empresario/piloto que hacía el petate para aventurarse ante lo desconocido del Dakar. Con el paso del tiempo,
la competición con vehículos eléctricos se ha convertido en algo habitual, esto ha hecho incluso que algunos fabricantes hayan decidido dar un paso más y en un acto de valentía, y de promoción de sus propios sistemas,
Volkswagen ya ha preguntado a los organizadores del Campeonato del Mundo de RallyCross qué opinión tendrían de la creación de
un Supercar (nombre que reciben los coches de la categoría reina, los cuales son tracción total y cuentan con más de 600 CV de potencia) alimentado por vatios. A nadie se le escapa que la creación de un coche de estas características que pueda
ganar a coches con motor de gasolina 2.0 Turbo, devoradores de combustible, puede ser la imagen que los de Wolfsburgo estén buscando para el lavado de cara después de los numerosos capítulos sobre el escándalo de las emisiones. A buen seguro,
el World RX puede ser el mejor escaparate y banco de pruebas para sacar el máximo partido de las ventajas de la propulsión eléctrica. Carreras cortas de menos de 10 minutos, con mucha acción, en las que la aceleración y el par son vitales, tanto en las salidas (los coches son capaces de hacer el 0 a 100 km/h en menos de dos segundos) como a la hora de afrontar los circuitos mixtos asfalto-tierra, clave en la filosofía de carreras de esta disciplina. El tiempo entre carreras, parece suficiente como para
cargar las baterías para un nuevo asalto, algo que nos ahorraría ver imágenes tan anómalas como el cambio de coche que se produce en la Fórmula E.
Y es que
el campeonato de monoplazas eléctricos organizado por Alejandro Agag se ha convertido en uno de los destinos más deseados por los fabricantes a pesar de sus peculiaridades. Si en él ya nos encontramos nombres como DS, Renault, Williams o al propio Grupo VAG, ya se ha comenzado a rumorear de que
BMW y Nissan están en conversaciones con los promotores de la Fórmula E para seguir los pasos de Jaguar, la cual ya tiene confirmada su entrada para la temporada 2016-2017. Si bien tiene sus rarezas, también debemos decir hay que reconocer que
la evolución del campeonato eléctrico de referencia ha sido casi exponencial durante el último año, aprovechando tal vez las lagunas que tiene la Fórmula 1, con reglamentos, que a pesar de su complejidad y elementos tan extraños como el
Fan Boost, siguen siendo más sencillos que los del Gran Circo. El próximo paso que se otea en el horizonte es la utilización de
una estética similar a la que la Fórmula 1 desechó para 2017: cúpulas cerradas, ruedas carenadas, look futurista… Al fin y al cabo, un regalo, si tiene un bonito envoltorio es todavía más llamativo y atractivo. No es el único frente abierto dentro de las tecnologías eco-friendly. Mientras que
en el WRC ya nadie se esconde a la hora de hablar de World Rally Cars híbridos, incluso voces como Luis Moya ya apuntan a que promotor y equipos deberían adelantarse e ir preparando el camino para su llegada, sin salirnos de los ‘
enchufables’, ya se ha empezado a hablar de la creación de un nuevo campeonato para GT’s eléctricos. En un principio
se habla de lo que han denominado Electric GT, una categoría de nueva creación basada en la Fórmula E que se disputaría en circuitos como Paul Ricard, Montmeló o Mugello con prototipos de chasis tubular y silueta del Tesla Model S. Estéis o no preparados, los eléctricos han llegado a las carreras.