Dos títulos en tres años. En un fin de semana de despedidas, donde otros campeones como Martin Tomczyk o Timo Scheider han disputado su última carrera en el DTM, Marco Wittmann puede sacar pecho como nuevo referente del campeonato germano.
El de BMW se llevó el campeonato en Hockenheim pese a los valerosos intentos de Edoardo Mortara, vencedor el domingo. El día antes el triunfo fue para Miguel Molina. antes de este fin de semana, un fin de semana perfecto de Mortara le podía dar el título sin depender de los resultados de Wittmann. Pero esta cita se le cruzó al italiano, que
desde la clasificación del sábado acumuló problemas inesperados. En ese caso una avería en sus pedales le obligó a marcar tiempo in extremis, siendo octavo y Wittmann cuarto. Por delante António Felix da Costa firmaba la pole con una décima de ventaja sobre Miguel Molina.
Sin embargo el español de Audi logró darle la vuelta a la tortilla con una salida magistral:
se colocó en cabeza en la primera curva y a partir de ahí se limitó a esperar. Esperar porque la carrera y el campeonato se jugaban más atrás. Las primeras vueltas fueron taquicárdicas para Edoardo Mortara, quien no sólo no remontaba sino que además se metía en pelea cuerpo a cuerpo con un Timo Glock que lógicamente velaba por el interés de su marca, BMW. Pero la gran baza de Audi en este DTM 2016, la gestión de los neumáticos, volvió a ser definitiva: poco a poco la corte de BMW M4 que escoltaba a Marco Wittmann fue viniéndose abajo y Mortara creciéndose para encadenar los adelantamientos y terminar cruzando meta pegado a Marco Wittmann, en tercera posición. Probablemente
el italiano lamente toda su vida no haber tenido la oportunidad de intentar el adelantamiento, lo cual hubiera permitido a Miguel Molina cederle la posición. Pero el lamento de unos es la sonrisa de otros y así es como el catalán obtuvo su segundo triunfo del año. Por desgracia esta carrera fue un desastre para Dani Juncadella y todo Mercedes, cruzando el español la bandera a cuadros en 21ª posición. La jornada del domingo empezaba con retrasos por niebla y 17 puntos entre los aspirantes al título. Dicho de otro modo, si Edoardo Mortara ganaba a Marco Wittmann le bastaba con acabar quinto. Y a tenor de lo visto en clasificación parecía imposible que ni tan siquiera el italiano ganara.
Con mayor temperatura en pista los Audi perdieron punch y encima el RS5 de Mortara siguió dando problemas extraños, esta vez de dirección, lo cual no le impidió ser el único Audi entre los nueve primeros en parrilla. António Felix da Costa repitió pole con Marco Wittmann en quinta posición, ocupando los españoles la penúltima fila de la parrilla.
Pero una final es una final y al menos la emoción estuvo servida. Edoardo Mortara arriesgó mucho tras una mala arrancada para evitar perder comba para posteriormente remontar y un empujón de Gary Paffett a António Felix da Costa terminó dejando a los contendientes al frente de la carrera.
Consciente de lo que necesitaba para proclamarse campeón y de que tenía una legión de BMW cubriéndole las espaldas, Wittmann no opuso resistencia. Y a partir de ahí todo consistió en protegerse: ambos retrasaron al máximo sus paradas en boxes para que la marca rival no generara tráfico al reincorporarse a pista. Así es como
Mercedes rascó al menos un par de podios en un fin de semana donde aspiraban a poco: Christian Vietoris y Paul di Resta aprovecharon al máximo sus tempraneras paradas, quedando segundo y tercero tras Edoardo Mortara. Y el cuarto puesto de Wittmann le dio el título. Miguel Molina acabó 14º y Dani Juncadella 20º. Un año más
Audi acaba como la marca con más victorias pero sin título de pilotos, aunque a diferencia de 2015 en esta ocasión sí tendrá de qué presumir: para los de Ingolstadt fueron tanto el título de marcas como el de equipos, de la mano del Team Abt Sportsline. Y a esperar que en 2017, con nuevo coche previsto, no se les siga resistiendo la corona de pilotos, esquiva ya desde 2013.