El neerlandés se impuso por la mínima a Lewis Hamilton
Contundente regreso de verano por parte de Verstappen, el cual frena la brecha que estaba empezando a crear Hamilton tras Silverstone e Hungaroring
Tocaba agradecer el apoyo de una afición completamente volcada con el piloto de casa. Max Verstappen salía a Zandvoort siendo consciente de que lo de este fin de semana iba a ser un partido cuyo desarrollo se iba a centrar especialmente en lo que ocurriera este sábado durante la sesión de clasificación. El neerlandés quería seguir metiendo presión a Lewis Hamilton y para ello aprovechó ese aliento del público y su conocimiento de la pista para establecer un último intento que lo situó en la pole de cara a la carrera del Gran Premio de Países Bajos que se disputará mañana domingo.
A sus espaldas terminaban los dos Mercedes, con una actuación más que destacada de Lewis Hamilton, a menos de media décima de Verstappen después de realizar un último sector en su intento definitivo que fue estratosférico. Valtteri Bottas secundó a su compañero de equipo, con la consigna previa que tiene desde el equipo de que deberán sumar el máximo número de puntos posible en un fin de semana en el que segundo de los Red Bull tendrá muy complicado remontar hasta las posiciones de honor.
Como ya ha sido tradición en los dos días, las banderas rojas han vuelto a aparecer, especialmente en la segunda fase de la clasificación, donde los dos Williams se han ido contra las barreras y han seguido con la tradición que nos ha llevado a tener al menos una interrupción en cada una de las sesiones, incluida la FP3, donde era Carlos Sainz el que perdía la trasera del SF21 en la curva 3 y tenía un fuerte impacto contra las barreras que dejaba especialmente afectada la zona delantera.
Aun así, el madrileño podría tomar partida de la clasificación sin problema, reencontrándose con la Q3 a la que no había tenido acceso en el pasado Gran Premio de Bélgica, llegando únicamente a terminar décimo debido a la sanción que acumulaba Valtteri Bottas y al choque que tuvo Sergio Pérez en la vuelta de instalación. El madrileño llegó a la lucha por la Pole Position, pero en esta vez no se dio el mismo resultado que en Mónaco y Bakú y el Ferrari ha ido retrocediendo después de realizar una gran jornada del viernes.
Sexto detrás de Charles Leclerc, la sorpresa viene después de ver que Lando Norris no será la referencia de esa zona media, sino que en esta ocasión dicho papel lo jugará un brillante Pierre Gasly, tercero, que ha ocupado el lugar en el que debería estar Checo, eliminado en Q1 al igual que Sebastian Vettel, ambos dejando sus puestos en Q2 a los dos Williams, completamente en racha después de los puntos logrados en el pasado Gran Premio de Hungría. El tráfico fue especialmente determinante en la eliminación de que dos de los monoplazas llamados a entrar en Q3 se quedaran fuera a las primeras de cambio.
Con Sainz en esa lucha por ser el primero del resto, nos encontramos también a una destacada actuación de Antonio Giovinazzi, séptimo que se colaba por delante de los dos Alpine, encabezados de nuevo por Esteban Ocon. Fernando Alonso saldrá desde la quinta línea de parrilla, noveno, y teniendo que contener por detrás a un Daniel Ricciardo que ha sido el McLaren más destacado por delante de la más discreta 13ª plaza de un Norris que nos tiene acostumbrados a grandes tardes de gloria. Sorprende al encontrarse encabezando esa segunda mitad de tabla a los Williams, con un Russel que cambia su segunda plaza de parrilla en Spa-Francorchamps por una más realista undécima de cara al Gran Premio de los Países Bajos.
Chirría mucho más encontrarse a Checo Pérez 16º y a Sebastian Vettel 17, justo por delante de un Robert Kubica que ha tenido que enfundarse a última hora el mono ignifugo para sentarse en el Alfa Romeo de Kimi Räikkönen, positivo por COVID-19 en las últimas horas y que tiene muy complicado estar presente en el Gran Premio de Italia en Monza la próxima semana. Han cerrado los últimos puestos Mick Schumacher y Nikita Mazepin.