TRIUNFO NÚMERO 60 DEL NEERLANDÉS
Tras las dos carreras plazas en Imola y Mónaco, Canadá volvió a reencontrar a los aficionados de la Fórmula 1 con el espectáculo, ayudado por las fuertes lluvias sucedidas a minutos de comenzar la carrera.
Carrera loca en Canadá tal y como suele darse cuando el cielo amenaza lluvia. Las gotas que caían a apenas minutos de empezar el Gran Premio resultaron determinantes para que los equipos u los pilotos tomaran la decisión de montar los neumáticos intermedios. Todos salvo los HAAS, que optaban en este caso por montar las gomas de extrema lluvia, algo que les permitió a los dos coches estadounidenses realizar una gran remontada desde la salida.
Delante, George Russell aguantaba la primera posición, e incluso aprovechaba as grandes estelas de agua proyectada que levantaban los monoplazas para distanciarse en la primera plaza y aprovechar esos primeros giros para crear algo de colchón con respecto a Max Verstappen y Lando Norris. Por detrás parecían inevitables los contactos, con Carlos Sainz cediendo tres posiciones, mientras que Checo Pérez tendrían un primer contacto con el Alpine de Pierre Gasly que ya marcaría prácticamente su desempeño hasta el final, en este caso anticipado para el mexicano.
Con la amenaza de una nueva aparición de la fuerte lluvia de las primeras vueltas precisamente en el momento en el que los intermedios pudieran empezar a pagar el paso de las vueltas y un asfalto que se iba secando. Norris se desató, atacando primero a Verstappen y después a Russell, lo que le llevó a comenzar un intento de escapada que finalmente no fructificó después del Safety Car provocado por la salida de Logan Sargeant, retrasando Lando su entrada con respecto a sus dos rivales porque él ya había parado en boxes.
Perdió la oportunidad Norris y dos posiciones, cayendo a la tercera, rodando muy rápido con los neumáticos intermedios y apostando por hacer un overcut a Verstappen y Russell para tratar de sorprenderles en la siguiente parada. Sobre el papel le salió bien ya que les metió mucho tiempo a ambos pilotos, pero cuando tuvo que rematar la faena, se encontró deslizando al salir del pit-lane, sin opciones de ganar el carril seco rápidamente para traccionar ya que en ese hueco ya estaba Verstappen sacando los codos. Max se situaba primero, y no estaba dispuesto a dejar escapar este triunfo.
En el otro lado de la balanza, fue un domingo para olvidar para la Scuderia Ferrari. No tardó mucho Bryan Bozzi en alertar a Charles Leclerc de lo que aparentemente era un problema en la parte eléctrica de la unidad de potencia. El monegasco se quedó intranquilo y pidió pronto explicaciones a su nuevo ingeniero de pista, el cual trató de esquivar la pregunta para no darle la información al piloto de cuánto estaba perdiendo en las rectas, pero ante la insistencia del ganador del pasado Gran Premio de Mónaco, su ingeniero tuvo que confesarle que era en torno a medio segundo.
La sangría que fue encajando el segundo clasificado del mundial se siguió dando, imposibilitado para poder alcanzar la zona de puntos, hasta que, en la primera parada, el equipo aprovechó el Safety Car para poder hacer un reset y tratar de seguir adelante. No hubo suerte y finalmente el equipo tomó la decisión de retirarse en la vuelta número 40, algo que aplaudió el propio Leclerc al verse impotente a la hora de luchar por algo en esta carrera.
Le iba a seguir en este caso Carlos Sainz por un error del madrileño cuando se encontraba peleando en la vuelta 52 con los Alpine y los Williams Perdería el SF-24 prácticamente en la misma curva en la que unos segundos antes Checo Pérez había perdido la trasera a alta velocidad y había impactado contra el muro, dañando el alerón trasero y teniendo que abandonar. El de Ferrari también perdería la zaga de su monoplaza en la curva 6, aunque en este caso a una velocidad menor y cuando estaba tratando de atacar el vértice, por lo que se quedó en mitad de la pista en una situación en la que la colisión con un Alex Albon que venía justo detrás fue inevitable.
El británico-tailandés era el que peor parado quedaba, con su Williams detenido contra las protecciones y obligando a sacar el segundo Coche de Seguridad de la carrera, mientras que Sainz pudo salir tras trompear en la hierba, pero el coche tenía que ir inmediatamente al pit-lane para retirarse. Su nombre era el del último abandono que se producía en una carrera que vería una buena lucha por el podio final, con Max Verstappen destacándose tras el relanzamiento de la carrera, mientras que, a sus espaldas, los Mercedes habían aprovechado para meter neumático nuevo para tratar de aprovechar esas últimas vueltas y atacar tanto a los McLaren como al propio líder del Mundial.
No hubo cambio al frente de la carrera, aunque si en las posiciones posteriores. Russell se tiraba sobre Piastri, algo que acabó con un pequeño incidente entre ambos que obligó a George a empezar de nuevo, siendo superado incluso por un Lewis Hamilton que posteriormente también superaba a Oscar Piastri. Russell, con más ritmo terminaría superando a su compañero, quedando en el tercer lugar del podio.
Victoria número 60 por parte de Max Verstappen, seguido de Norris y Russell (demasiado fallón para ganar en un fin de semana en el que los Mercedes eran claramente los coches más rápidos aprovechando las ganancias conseguidas con el nuevo alerón delantero estrenado en Mónaco), ambos con sensación de que se les había escapado la victoria, mientras que Fernando Alonso quedó sexto clasificado a espaldas de Oscar Piastri.
El asturiano contuvo de forma espectacular a Lewis Hamilton durante muchas vueltas, pero la desastrosa parada de Aston Martin le llevó a perder el mano a mano con su antiguo compañero de equipo. Completaron los puestos de puntos, Lance Stroll, Daniel Ricciardo y los Alpine, con la noticia de que Yuki Tsunoda había terminado último después de que en el equipo RB le dieran permiso para pelear entre los dos compañeros.
El japonés, al igual que Pérez no pudo celebrar de peor forma su renovación y tras irse a la hierba y tratar de recuperarse del error con celeridad para no perder muchas posiciones, terminó por perder el coche y trompear en una situación muy peligrosa que afortunadamente pudieron salvar los pilotos que venían detrás, incluido un Ricciardo que conseguía puntos para el equipo.