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La primera gran batalla entre los dos rivales se produjo en el GP de Macao de F3 de 1990.

Michael Schumacher, Mika Häkkinen y el gran duelo en Macao

La edición de 1990 del GP de Macao vivió un histórico cara a cara entre Schumacher y Häkkinen, dos futuros campeones y grandes rivales en la Fórmula 1.

Michael Schumacher y Mika Häkkinen en 1990 en el GP de Macaomotor.atresmedia.com

El Gran Premio de Macao es un evento que cuenta con una larga tradición, con carreras disputándose anualmente y sin falta desde 1954 hasta nuestros días. Pero para buscar el inicio del evento actual, hay que ir a 1983, cuando Ayrton Senna se llevó la victoria en la primera carrera de Fórmula 3. Con la llegada de la nueva década en 1990, la cita estaba ya establecida y contaba con varios ganadores que habían llegado a la Fórmula 1. Lo que pocos esperaban era que se escribiera una página en letras doradas en la historia de la carrera gracias a Michael Schumacher y Mika Häkkinen.

En aquellos tiempos, había varios certámenes de Fórmula 3 alrededor del mundo, de forma quizás parecida a lo que sucederá en 2019 pero con mucha más paridad entre ellos. Así, los mismos monoplazas que corrían en la F3 británica podían hacerlo en los campeonatos alemán o japonés. Por ello, era tradición que a finales de noviembre el Gran Premio de Macao (y la International F3 League en Fuji una semana después) supusiera la oportunidad ideal de que los grandes talentos de cada país o región se encontraran por primera vez en una pista para batirse en duelo.

Excepto que para Schumacher (campeón del certamen alemán) y Häkkinen (vencedor del campeonato británico), el de Macao no sería el primer encuentro. El finlandés disputó una carrera del campeonato alemán en Hockenheim, como preparación para la cita de Macao y para estudiar a varios de sus rivales. Aprovechando el rebufo de otro coche, había marcado una pole position estratosférica y gracias a la ausencia de cámaras en el circuito, nadie supo entender cómo había sido tan rápido hasta que el piloto lo explicó años después. Aún con todo, se llevó una inesperada victoria que le situaba como uno de los favoritos para la carrera del Circuito da Guia.

GP de Macao | motor.atresmedia.com

Además, en 1989 los dos pilotos habían disputado ya el Gran Premio de Macao de Fórmula 3 aunque sus estrenos fueron muy distintos. Schumacher había ganado la primera carrera pero, un abandono en la segunda, le dejó sin premio. En aquel entonces, la prueba era a dos carreras, con añadido de tiempo de ambas para determinar el resultado final. Häkkinen había sido décimo cuarto en la primera y también se retiró en la segunda. La historia iba a ser muy distinta en 1990 y las cosas empezaron a quedar claras desde las mismísimas sesiones clasificatorias, con un Häkkinen que al volante del Ralt con motor Mugen-Honda de Theodore Racing se hizo con la pole por más de siete décimas sobre Schumacher, en un Reynard-Volkswagen de WTS Racing.

Por detrás, nombres como los de Laurent Aïello, Eddie Irvine, Rickard Rydell o Alessandro Zanardi demostraban el alto nivel de la prueba al ocupar las primeras tres filas. La primera carrera fue un monólogo de Mika Häkkinen, con una victoria con dos segundos y 660 milésimas de ventaja sobre un Michael Schumacher que cayó a la cuarta posición en la salida y tuvo que remontar hasta ser segundo. El tercer clasificado, Mika Salo, estaba ya a casi seis segundos del alemán, con lo que la victoria pasaba a ser cosa de dos… con una clara ventaja para Häkkinen.

Mika Häkkinen y Michael Schumacher en el GP de Macao | motor.atresmedia.com

En la segunda carrera, Häkkinen empezó marcando el ritmo pero pronto se vio superado por Schumacher. Con una ventaja de más de dos segundos y medio, el ganador del día anterior podría haberse conformado con terminar segundo por detrás de su rival… pero más allá del respeto mutuo, la rivalidad entre ambos era fuerte y el ‘ego’ típico de los campeones hizo que Häkkinen quisiera intentar lograr el doblete. El último intento llegó en la última vuelta, con el finlandés tomando el rebufo del alemán, que defendía su posición… hasta que hubo contacto entre ambos.

Las imágenes posteriores son para la historia, con un Häkkinen que golpeaba el muro izquierdo para acabar parado en el lado derecho, saliendo de su coche de un salto y tirando los guantes al suelo en su enfado. Sabía que había perdido una victoria segura por el orgullo de ganar. Schumacher, por su parte, había sabido jugar sus cartas. Sabiendo que no podía escaparse, había jugado con su rival para que se viera capaz de ganar, forzando el error. Y casi le salió mal, pues Schumacher tuvo que completar la vuelta con un alerón trasero casi inexistente por los daños tras el golpe.

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