Hace ya y casi tres meses que todo el pescado estaba vendido, por la consecución del título por parte de José María López y la cancelación de la visita prevista al trazado de Burinam, en Tailandia. Sin embargo,
poco ha cambiado en el WTCC, que parece condenado a una temporada de transición en 2017. Mientras que el Mundial de Fórmula 1 o el de Rallies mantienen a todos los aficionados expectantes por los nuevos reglamentos de cara a la próxima temporada,
en el Mundial de Turismos no varía gran cosa a nivel técnico. Seguirán en pista un año más los TC1, unos coches por los que cada vez se tiene menos aprecio: los costes son excesivos para los equipos privados y no se ha conseguido captar una atención duradera por parte de las marcas, como muestras las salidas de Citroën y Lada.
El título se lo disputarán Honda y Volvo, con permiso de los privados que se monten en los Citroën C-Elysée disponibles. Pero con los Lada camino de Rusia (la marca prefiere iniciar un nuevo proyecto TCR, dado que es el reglamento principal del Ruso de Turismos),
estamos hablando de apenas una docena de vehículos TC1 siempre y cuando sobrevivan algunos de los Chevrolet Cruze alineados hasta ahora por Münnich, a quien muchos colocan algún Citroën, o Campos Racing. Es por ello que el Consejo Mundial del Deporte de Motor aprobó en su última reunión en Viena la posibilidad de que la parrilla del Mundial de Turismos se rellene , en
una nueva categoría denominada WTCC2. No es la panacea como solución, pues en el pasado la coexistencia de categorías en el seno del WTCC ha demostrado ser complicada, pero a poco que algún euqipo ya presente se anime a llevar coches extra, el campeonato estará salvado.
También se producirán cambios en el sistema de puntuación, repartiéndose más puntos para el certamen de Marcas en la contrarreloj MAC3 e incrementándose los atribuidos en la carrera principal del fin de semana (30-23-19-16-13-10-7-4-2-1). Y se está evaluando de forma seria
la posibilidad de implementar 'joker laps' o vueltas con atajo a imagen y semejanza del Mundial de Rallicross. La idea surgió al ver François Ribeiro, promotor del WTCC, la rotonda que hay en el circuito luso de Vila Real, pero aún tendremos que esperar para verla en práctica. De todos modos, todo esto no es más que maquillaje para embellecer la imagen de un certamen con serios problemas estructurales. Sigue siendo un Campeonato del Mundo y por lo tanto a nivel deportivo todos darán el máximo para celebrar el título en 2017, pero
promotores y marcas tienen sus miras puestas en 2018 y la posibilidad de adoptar el mismo reglamento único en el que llevan trabajando casi un lustro el DTM y el Super GT japonés. ¿Será esa la salvación del WTCC o terminará devorado por el exitoso reglamento TCR?