El piloto japonés se impuso a Nick Cassidy, que peleó hasta la última vuelta
El duelo por el título de la Super Fórmula se resolvió en Suzuka con una batalla que duró hasta el último momento, con Naoki Yamamoto como campeón
En el año 2013, Naoki Yamamoto se impuso en un apasionante final bajo la lluvia en el que tuvo que defender su posición en la última chicane de Suzuka para asegurarse el título en la carrera de despedida del coche de la Super Fórmula. Cinco años después, la historia se repite con el mismo piloto, equipo, circuito y hasta la idea de la despedida. Naoki Yamamoto es bicampeón de la Super Fórmula tras una carrera trepidante en Suzuka con solo seis décimas de ventaja sobre su rival, un Nick Cassidy que no se rindió hasta la bandera de cuadros.
Es imposible separar los caminos de ambos pilotos, que en Suzuka vivieron fines de semana muy distintos para llegar prácticamente al mismo sitio. El campeonato llegaba a la última carrera con Cassidy cinco puntos por delante de Yamamoto en la general. Mientras el primero traía una progresión ascendente, el segundo seguía el camino contrario. Entre ellos, un Hiroaki Ishiura que tras una mala sesión clasificatoria quedó ya descartado de la pelea por el título. Mientras tanto, Cassidy había vivido un viernes infernal que se resolvió de forma poco ortodoxa.
Tras la sesión libre del viernes, el equipo Kondo Racing se dio cuenta que no podía proporcionarle a su piloto un coche ganador y el ‘team manager’ decidió tener en cuenta unas piezas nuevas que estaban en su base de Gotenba, a cinco horas de distancia… pero ello significaba que había que irlas a buscar. Diez horas después, a las tres de la mañana el propio director de equipo llegaba de nuevo al circuito con unas nuevas piezas que permitirían a Cassidy ser cuarto, mientras su compañero Kenta Yamashita era segundo. Las nuevas piezas obraron el milagro.
Mientras tanto, eso sí, Yamamoto hacía valer su condición de eterno favorito en Suzuka para firmar la pole position y llevarse un punto. Ocho de sus diez poles en la Super Fórmula se lograron allí, mientras cinco de sus seis victorias (contando la del pasado fin de semana) tuvieron también lugar en el legendario escenario. El especialista de Suzuka sabía que lo único que le valía era hacer la pole y llevarse la victoria, ayudado por el ‘bonus’ especial de tres puntos para el ganador por ser esta carrera el histórico JAF Grand Prix, la carrera anual más importante de monoplazas en Japón.
Poco importaban los demás candidatos, estando Ishiura fuera del top 10 y Yuhi Sekiguchi en décimo séptima posición. Ryo Hirakawa habría podido pelear pero estaba demasiado lejos en puntos y habría necesitado un doble milagro. Desde el primer momento, quedó claro que la carrera iba a seguir con la idea de los dos caminos cruzados de Cassidy y Yamamoto. Una trayectoria ascendente truncada en el último momento y una caída libre salvada a tiempo… a nadie le sorprendía que sus estrategias de carrera fueran también opuestas. Yamamoto salía con gomas blandas y Cassidy, con medias (las más duras disponibles).
El objetivo de Yamamoto era escaparse al frente de la carrera y crear un espacio suficientemente amplio que le permitiera controlar a sus rivales. Toyota copiaría la estrategia con Yamashita y Nakajima (que partía tercero) para meter presión al líder, piloto de Honda. Aunque hay varios equipos distintos, al final el campeonato se acaba dividiendo entre los dos fabricantes de motor. Por su parte, Cassidy necesitaba seguir con su carrera sin molestias y por ello no buscó pelear con Tsukakoshi cuando este le superó en la segunda vuelta. Sus carreras no se iban a volver a encontrar.
Con el paso de las vueltas, Yamamoto estaba cada vez más lejos y una buena parada del Team Mugen le hizo volver a pista sin nadie que le molestara. Cassidy se mantuvo varias vueltas más, reduciendo la ventaja de su rival y parando tarde para montar neumáticos blandos y aprovechar que su rival usaba los medios (al igual que en la Fórmula 1, hay que usar los dos compuestos en carrera). Los ocho segundos entre ambos a trece vueltas del final pronto empezaron a desaparecer, hasta que Cassidy presionaba al líder a dos vueltas del final. Quien ganara la carrera se llevaría el título.
Naoki Yamamoto supo mantener la cabeza fría y no cometió ningún error, ganando la carrera y el título por seis décimas. Un decepcionado Nick Cassidy fue segundo, aunque protagonizó el momento de deportividad del año al ir directo a saludar al campeón tras bajarse del coche. Kenta Yamashita completó el podio en su primer resultado entre los tres primeros, ayudando a Kondo Racing a conseguir el premio de consolación al proclamarse campeones de equipos. En dos semanas, tanto Yamamoto como Cassidy volverán a verse las caras en la pelea por el título del Super GT. El neozelandés defiende el título de 2017 pero el japonés sabe que si gana, tendrá suficientes puntos de Superlicencia para estar en la Fórmula 1 en 2019. ¿Le tendrían en cuenta Honda y Toro Rosso?