La prueba lusa cerraba la edición con toda una demostración de dramatismo y sorpresas
La prueba lusa cerraba la edición con toda una demostración de dramatismo y sorpresas.
Jornada de sorpresas en el Rally de Portugal. Aunque la lucha por el podio se pronosticaba como apasionante, con los tres primeros coches en menos de 10 segundos, finalmente la clasificación final de la prueba lusa sufría un completo vuelco en lo que ha sido uno de los finales más dramáticos de lo que llevamos de año. La victoria no cambiaba eso sí de manos, con Ott Tänak rompiendo la tendencia y siendo el primero que lograba tres triunfos en este 2019.
Tras vencer en Suecia, el estonio de Toyota conseguía cerrar su segunda victoria consecutiva después de sumar hace unas semanas el triunfo en Chile que le volvía a meter de lleno en la lucha por el título intercontinental. Lo hacía después de recibir la presión de Kris Meeke en el primer del domingo. El norirlandés mandaba un mensaje con su scratch, aunque también dejaba claro que respetaría la disciplina del equipo y haría todo lo posible por completar el doblete que en esos momentos ostentaba la estructura dirigida por Tommi Mäkinen.
No sería así, y tras cometer un error en forma de trompo en la penúltima especial, Meeke rompía la dirección asistida de su Toyota Yaris WRC en la Power Stage con la que se cerraba la prueba lusa al impactar con la dirección abierta con la raíz de un árbol. Se esfumaba el doblete para Toyota GAZOO Racing y Ogier se encontraba en el último momento con una posición en el podio, algo que no termina por reconfortar al piloto francés en una temporada en la que ya ha aportado seis posiciones de escalón en las siete citas disputadas hasta el momento.
El motivo de dicha negatividad para Ogier venía del sencillo hecho de que los puntos del tercer puesto, sumados a los 5 extra por la victoria en la Power Stage, lo dejaban líder de la general de piloto con 142 puntos por los 140 de Ott Tänak, mientras que Thierry Neuville después de ser segundo y llevarse el tercer scratch en la última especial se mantenía a 10 del líder. El piloto francés de Citroën tendrá por tanto que volver a abrir pista en la jornada del viernes del Rally de Cerdeña, con la correspondiente desventaja que eso supone en el caso de que los tramos se mantengan ajenos a la lluvia.
Citroën Racing lamentaba un nuevo abandono de Esapekka Lappi. El finlandés acumula cuatro retiradas en lo que va de 2019, algo que en este caso se complementa con una adaptación al coche que está siendo mucho más larga que la experimentada por Ogier. El finlandés estaba quinto después del abandono de Latvala ayer, pero un vuelco en el mismo punto en el que Kris Meeke tendría su primer trompo le dejaba el coche dañado. Solo unos kilómetros más tarde, un nuevo toque con una de las cunetas, en este caso con el eje trasero, le terminaría llevando al abandono con la suspensión rota.
Negocio redondo para M-Sport Ford WRT, la cual conseguía meter a dos pilotos dentro de los cinco primeros, siendo Teemu Suninen el que superaba en esta ocasión a Elfyn Evans, mientras que Gus Greensmith sufría un nuevo accidente en la Power Stage, después de romper la dirección y no poder controlar el coche tras el famoso salto de la especial. Tras los dos Ford Fiesta WRC, Kalle Rovanperä terminaba sexto y primer WRC2 Pro, seguido por Jari-Matti Latvala que se reenganchaba por Rally2 y el otro piloto de la firma checa, Jan Kopecký. Primer WRC2 era Pierre-Louis Loubet, con el campeón Junior de 2018 segundo en el Ford Fiesta R5 de M-Sport.