De ser en el pasado un
cementerio de elefantes o el lugar elegido por los pilotos del WRC que habían decidido abandonar el camino de los tramos y las largas jornadas de test, a ser una alternativa de futuro. La Copa del Mundo de Raids, el
Dakar y el Mundial de RallyCross se han convertido durante los dos últimos en la opción preferida para aquellos pilotos ligados al Mundial de Rallyes u otros campeonatos internacionales que no han conseguido sacar adelante un programa de competición. Marcus
Grönholm fue uno de los primeros pilotos en tomarse en serio la misma. Tras su retirada a finales de la temporada 2007 del Mundial de Rallyes, el finlandés se había encargado de compaginar un neonato Global RallyCross Championship con alguna que otra participación en el Campeonato de Europa. Poco después,
un grave accidente con motivo de los Summer X-Games lo apartaba definitivamente de la competición, pero sin duda era uno de los pioneros en cuestión de pasos del WRC al complicado mundo del RallyCross. En cuanto al Dakar, la historia viene de lejos.
Ari Vatanen, Colin McRae, Juha Kankkunen o el todavía en activo, Carlos Sainz encontraron en el rally-raid más duro del planeta la perfecta excusa para seguir compitiendo únicamente separándose de la familia una vez al año.
La edición de 2016 será el mejor ejemplo de ello. En la salida protocolaria de Buenos Aires se darán cita multitud de pilotos de rallyes, entre los que encontramos al propio Sainz, Mikko Hirvonen y finalmente la gran atracción, Sébastien Loeb, ya lejos de su corta etapa en los circuitos.
No serán los únicos. Junto a estos tres pilotos con victorias al volante de un World Rally Car, también nos encontraremos a Nasser
Al-Attiyah, Xevi Pons, Harry Hunt, Yazeed Al-Rajhi o Martin Prokop. Precisamente el checo es uno de los mejores ejemplos sobre los que fundamentar mi teoría del cambio de tendencia que se está viviendo. Con la dificultad que viven los pilotos privados para
poder sacar un programa adelante en el WRC, cada vez es más habitual ver a ex-pilotos de la categoría reina de los rallyes coquetear con otras categorías o incluso cambiarlas a tiempo completo. En el caso de Prokop, Campeón del Mundo Júnior de 2009, y que ha amenazado en varias ocasiones con abandonar su empeño de seguir en los rallyes por el de probar otras disciplinas. En ello se han convertido
los raids y las carreras de RallyCross en la última época, en especial durante el último lustro. En el caso del Dakar, la carrera a pesar de abandonar el continente africano y las orillas del Lago Rosa sigue manteniendo su lado místico y especial. Prácticamente
todos saben que van a sufrir y que sin un equipo de garantías no van a poder ni tan siquiera soñar con pelear por la victoria de una prueba que ha pasado de contarse en horas a únicamente diferenciarse el primero del segundo en minutos. A pesar de ello, los pilotos provenientes del WRC o del ERC encuentran
el lugar perfecto donde explotar su rapidez ahora que el Dakar es más al sprint en lugar de una carrera de resistencia. La publicidad y el interés del público por las formaciones privadas también gozan de mejor salud,
haciéndolo muy atractivo para todos aquellos que no tienen la calidad suficiente, o a veces los recursos, como para merecer un asiento ‘de fábrica’.
El Mundial de RallyCross aporta otras cosas completamente distintas.
Con un calendario prácticamente de europeo (únicamente dos de las 12 pruebas que conforman la temporada 2016 serán lejos del viejo continente) y una categoría muy fácil de explotar televisivamente, con mucha acción concentrada en pista y contacto entre los competidores, hacen de él
un formato muy apetecible para pilotos y patrocinadores. Tanto que Petter Solberg, bicampeón del World RX, ha descartado volver al Mundial de Rallyes ya que en él ha encontrado un lugar en el que seguir ganando, mientras que otros pilotos, ex del WRC, como
Carlos Sainz, Gigi Galli o Sébastien Loeb ya han tenido sus escarceos. En el caso del madrileño, acabó prematuramente después del diluvio caído en Barcelona que arruinó la prueba de los X-Games en nuestro país. Por su parte, Dani Sordo, Thierry Neuville o incluso Sébastien Ogier no han ocultado que algún día probarán
la categoría más cercana actualmente a los antiguos Grupo B de 600 CV y nulo despliegue de electrónica. El triunfo de un concepto distinto, frente al fracaso y la necesidad de reinventarse por parte de los rallyes.