Tras la fusión del Rally Catalunya y el Rally Costa Brava en 1988, convirtiéndose en el histórico Rally Catalunya Costa Brava, el eventó inició una etapa en la historia de la categoría en España que acabó resultando en el primer evento español del Campeonato del Mundo de Rallies en 1991, con una histórica victoria de Armin Schwarz.
El primer rally del mundial en España había sido un éxito y se ganó fácilmente seguir en el calendario en 1992. La prueba mantuvo su posición como el evento número trece en el campeonato sobre el total de catorce rallies, lo que implicaba que el Catalunya Costa Brava podría resultar decisivo.
Cuando el WRC llegó a España para el segundo evento mundialista en 1992, el campeonato estaba al rojo vivo con un héroe local luchando por el título. Carlos Sainz ocupaba la tercera posición en el campeonato tras un destacado Didier Auriol y el veterano Juha Kankkunen, ambos con Lancia. Teniendo en cuenta la superficie mixta de ese tiempo del Catalunya Costa Brava,
el Toyota Celica de Carlos Sainz se adaptaba mejor a las condiciones que el Lancia Delta HF Integrale, un buen coche en cualquier circunstancia pero especialmente competente en el asfalto. Aún así, era evidente que el rally lo tenía todo para disponer de un buen interés competitivo, mientras se pulían las situaciones extradeportivas para convencer a los dirigentes del campeonato.
El rally comenzó con dos de los Celica en las dos primeras posiciones, con Carlos Sainz por delante de Armin Schwarz. El piloto madrileño aventajaba a su compañero de equipo en doce segundos, mientras por detrás venían los Lancia Delta HF Integrale con el Ford Sierra RS Cosworth de François Delecour como invitado sorpresa. Andrea Aghini, Alessandro Fiorio -hijo de Cesare Fiorio-, Didier Auriol y Juha Kankkunen estaban dentro de una distancia de veinte segundos. A lo largo del primer día, a Sainz apenas se le escaparon unas pocas especiales,
dominando la clasificación general con un minuto y cuarenta segundos de ventaja sobre Aghini con el primer Lancia. A destacar la actuación de Jesús Puras, que con un Lancia Delta HF Integrale privado terminó el primer día en una nada despreciable sexta posición, mientras Josep María "Mía" Bartolet era noveno con un Ford Sierra. Los resultados eran buenos pero había dos días de duro trabajo por delante. Bardolet aún consiguió subir hasta la sexta posición en el siguiente tramo.
Con un Carlos Sainz que no necesitaba tomar riesgos tras una primera jornada espectacular, dejó que fueran sus perseguidores, quienes atacaran tramo tras tramo. La batalla por la segunda posición entre Kankkunen y Aghini era interesante, como también el hecho de ver a
cinco pilotos españoles entre los diez primeros. Pero antes de terminar el día, la rotura de un eje de transmisión dejó fuera del rally a Bardolet, que ocupaba la séptima posición tras ceder ante el empuje de Puras.
El tercer día fue prácticamente un trámite para Carlos Sainz, que finalizó con 36 segundos de ventaja sobre Juha Kankkunen y más de un minuto y medio sobre Andrea Aghini. El anecdotario dirá que Alessandro Fiorio finalizó cuarto con el histórico Vittorio Brambilla -piloto de Fórmula 1 en los años 70- como copiloto y que Jesús Puras lo dio todo para alcanzar a Armin Schwarz... para acabar clavando su tiempo y siendo sexto al ser él quien venía remontando. Pedro Javier Diego completó el éxito de los españoles al ser octavo. En cuanto al campeonato, los problemas de Didier Auriol le habían hecho perder su ventaja y con su triunfo, Carlos Sainz había conseguido superar tanto al francés como a Juha Kankkunen.
De una desventaja incómoda, Sainz había saltado a la cabeza del mundial -aunque fuera por dos puntos- a falta de una sola prueba en el Reino Unido. El madrileño "solo" tenía que quedar por delante de sus rivales para obtener su segundo título... y no falló en su misión, obteniendo el triunfo en el RAC y un nuevo campeonato del mundo.