Tras el sorprendente título de Marcus Grönholm y Peugeot en el año 2000, para muchos entendidos
la temporada 2001 tenía que ser el año de la vuelta a la realidad. Aunque la marca francesa tenía -y tiene- mucha historia en el Mundial de Rallies, para muchos parecía inconcebible que el 206 WRC se hubiera ganado una posición preferente tan pronto y se esperaba la reacción de Subaru, Mitsubishi y Ford, los pesos pesados del mundial. Cuando la temporada llegó a Francia para el Tour de Corse, duodécima de las catorce pruebas del campeonato, el WRC estaba viviendo un año apasionante.
Colin McRae y Tommi Mäkinen ocupaban la primera posición del campeonato con 40 puntos, seguidos de Carlos Sainz con 33 y Richard Burns con 31. Mientras tanto, Grönholm estaba viviendo una difícil temporada de defensa del título y el primer Peugeot era el de Harri Rovanperä con 27 puntos, quinto en la general. Pero si algo tenía el mundillo de los rallies muy claro es que
un evento como el Tour de Corse es capaz de darle la vuelta a todo como si de una tortilla -francesa, claro- se tratara. Las expectativas sobre los especialistas de asfalto eran claras y desde el primer tramo se confirmaron Gilles Panizzi en cabeza. La sorpresa relativa era ver a Grönholm segundo mientras que la mayor de las sorpresas venía de la mano de Jesús Puras, en solo su tercer rally con el Citroën Xsara WRC, ocupando el tercer puesto.
También François Delecour destacó con un cuarto puesto inicial.
El primer día vio a un Puras pletórico, firmando dos "scratch" y tomando la cabeza del rally desde el segundo tramo. Mantendría el liderato al terminar la jornada, con Panizzi a diez segundos y Didier Auriol algo más retrasado. Mientras tanto, Carlos Sainz -que había sido octavo en el primer tramo- tuvo que retirarse en la segunda especial con problemas en la presión del aceite. Día aciago para el madrileño, que no conseguiría puntuar en lo que quedaba de año.
El segundo día vio un ataque inicial de los Peugeot, antes de que Puras reaccionara con el mejor tiempo en los cuatro últimos tramos de forma consecutiva. El hombre de Citroën obtenía así una ventaja de 23 segundos y medio sobre Panizzi, que estaba siendo el único hombre capaz de presionar al español. Auriol había estado arriba ocasionalmente pero le faltaba la consistencia necesaria en asfalto para plantar cara a los dos especialistas.
El tercer y decisivo día comenzó con un Gilles Panizzi dispuesto a tomar riesgos para superar al líder de la prueba, marcando el mejor tiempo del primer tramo del día. Pero viendo a su rival atacando y "oliendo" la posibilidad de obtener su primer triunfo en el mundial, además de la primera victoria del nuevo Citroën Xsara WRC, Jesús "Chus"
Puras sacó todo su talento para ampliar su ventaja en dieciséis segundos en un solo tramo, destruyendo a la oposición en Pont de Calzola. Panizzi protagonizó una tímida reacción en el penúltimo tramo mientras que en el final, no supo aprovechar el exceso de conservadurismo del cántabro. Consiguió reducir la diferencia a diecisiete segundos pero no había sido suficiente. Así,
Jesús Puras se convertía en ganador de un rally del mundial a bordo del Citroën Xsara WRC. Un triunfo histórico además, viendo lo que el coche fue capaz de conseguir. Tras él, Gilles Panizzi y Didier Auriol completaban un podio de coches con herencia directa de los modelos Kit Car de dos ruedas motrices. Mientras tanto, en décimo tercera posición de la general un joven francés ganaba en la categoría del JWRC -Junior WRC- a bordo de un Citroën Saxo S1600, coronándose además como campeón de 2001.
Sébastien Loeb completaba un día grande para la marca gala y daba un primer paso clave hacia su paso a la categoría máxima a tiempo completo en 2002. Loeb ya había estado en el Sanremo con el Xsara WRC, logrando un espectacular segundo puesto en su debut... Citroën podía mirar al futuro con ilusión.