Dani Sordo entre los abandonos
Thierry Neuville ha salvado el día al retener el liderato de la prueba después de sufrir dos pinchazos en la última especial
Había mucho interés por conocer cómo sería el regreso del Rally Safari al Mundial y la primera jornada completa lo único que ha hecho ha sido corroborar que la cita africana se iba a convertir en todo un castigo para los participantes al volante de los World Rally Cars. Sin apenas modificaciones respecto a lo que podríamos encontrar en otros eventos de tierra más allá de más repuestos y modificaciones en las rejillas frontales, los 134,62 kilómetros de la etapa del viernes iban a ser un goteo incesante de retiradas por problemas de fiabilidad y errores.
Precisamente uno de los primeros afectados iba a ser la única pareja española presente en la cita keniata. Dani Sordo y Borja Rozada tenían que abandonar en el tercer tramo después de encontrarse con una piedra en mitad de la trazada que le dañaba un brazo de la suspensión y provocaba un trompo a alta velocidad del que afortunadamente el cántabro y su nuevo copiloto resultaban ilesos. La frustración era más que evidente en el de Puente San Miguel, sabedor de que los dos ceros consecutivos en Cerdeña y aquí iban a ser un golpe de grandes dimensiones para el equipo Hyundai Motorsport.
Para alegría de Andrea Adamo, Thierry Neuville terminaba el día líder después de haber logrado resistir a una jornada durísima en la que todo el trabajo del belga estuvo a punto de saltar por los aires cuando en la última especial de Oserian, con 18,87 kilómetros cronometrados, una de sus ruedas traseras perdía la banda de rodadura y la delantera derecha desllantaba, algo que sumado a los problemas de motor le llevaba a dejarse casi 40 segundos en la general y se mantenía primero únicamente por 18,8 segundos de renta sobre Takamoto Katsuta.
En la asistencia de Hyundai respiraban tranquilos viendo que Ott Tänak también sería capaz de ver la meta, aunque en su caso con la rueda delantera izquierda completamente hecha girones, El estonio retenía la tercera posición, aunque se veía superado por un Takamoto Katsuta a gran nivel. De esas posiciones de podio el que se iba a caer era Kalle Rovanperä, el cual parecía que se iba a beneficiar de la pérdida de tiempo de los i20 Coupé WRC oficiales hasta que su Toyota se quedaba atascado en una zona de fesh-fesh de la que no podría salir sin ayuda de uno de los todoterrenos de la organización. El finlandés tomaba la decisión de abandonar y aceptar los 10 minutos de penalización que le puede costar el retirarse en el último tramo del día y reengancharse mañana a través de la normativa de Rally2.
No sería el único abandono por parte de los pilotos de Jari-Matti Latvala, ya que Elfyn Evans, que llegaba a esta prueba segundo del campeonato y como gran opositor para evitar el posible octavo título de Sébastien Ogier, golpeaba una roca en la misma especial en la que abandonaba Dani Sordo y también diría adiós a la carrera con la dirección del Yaris WRC rota. El galés sumaba su primer KO del año, dejando a Sébastien Ogier, que actualmente ocupa la cuarta posición del Rally Safari, con muchas opciones de seguir ampliando su renta al frente del Mundial de Rallies después de haber cedido mucho terreno por la mañana debido a un depósito de aceite roto en la suspensión trasera. Tras el francés, los dos pilotos de M-Sport, Gus Greensmith y Adrien Fourmaux.
Contabilizados estos tres abandonos dentro de los equipos de fábrica, también hay que añadir que ni Oliver Solberg ni Lorenzo Bertelli podrían terminar el bucle matinal, en el caso del italiano, hijo de la propietaria de la conocida marca de ropa, Prada, por una fuga de agua en su Ford Fiesta WRC que supuso el sobrecalentamiento del motor, mientras que el hijo del Campeón del Mundo de 2003, Oliver, sería un fuerte impacto en la zona trasera derecha de su i20 Coupé WRC lo que finalmente le depararía problemas en la suspensión y daños en el chasis, llevando a que el joven talento tuviera que decir adiós en el que era su debut con un World Rally Car sobre tierra.
Con todos los locales volcados con la prueba y los competidores del WRC, veríamos grandes imágenes que recordaban al Safari clásico, el cual ha estado ausente durante casi dos décadas por problemas de financiación y de seguridad en una prueba que ha mantenido su dureza y carácter extremo a pesar de que su recorrido ha menguado de los más de 1.000 kilómetros competitivos que tuvo en la edición de 2002, a los apenas 320 km que tiene en este 2021.
La peligrosidad para ver esas trampas han afectado tanto a pilotos internacionales muy experimentados como Martin Prokop, como para los propios competidores africanos, entre ellos, Tejveer Rai, ambos protagonistas de dos vuelcos muy duros que han terminado el copiloto del Campeón del Mundo Júnior de 2008, Zdeněk Jůrka, trasladado en helicóptero para ser sometido a las pertinentes pruebas, mientras que Tej ha tenido que ser también aerotransportado con lo que aparentemente son fracturas en ambas piernas.