Era uno de los grandes favoritos y así lo ha confirmado. Los prototipos de la categoría
Unlimited han recuperado el trono que los acredita como los reyes de la montaña más famosa de Colorado y
Romain Dumas se ha alzado con su segundo gran triunfo en la misma semana. Y es que la segunda victoria del francés en Pikes Peak (también ganó en 2014), esta última con el extra de además tratarse el centenario de la Subida hacia la nubes, estuvo precedido por la victoria en
las 24 Horas de Le Mans 2016. Para ello el piloto de Porsche tuvo que
bajar obligatoriamente de la barrera de los nueve minutos con su Norma M20 RD de tracción total. Dumas era perfectamente consciente de que tenía que tenerlo todo controlado para optar a un nuevo triunfo en la cita norteamericana y a pesar de
la preparación especial de su barqueta, en la que ha colaborado la propia empresa Norma, no ha podido evitar algún que otro sobresalto. Entre ellos, el sufrido el viernes cuando
el motor Honda de cuatro cilindros preparado por HPD se rompía y le dejaba sin posibilidad de poder salir a los entrenamientos de la última sección, la previa a la cumbre, en la que las horquillas y las curvas sin visibilidad marcan tu tiempo. En ese momento, el piloto del WEC recordaba su actuación de 2013, en la que un problema eléctrico le dejaba fuera de carrera, y se percataba una vez más que el domingo no había lugar para el error.
En Pikes Peak sólo tienes un disparo que debes aprovechar muy bien. Si lo fallas significa la derrota y tal vez una salida de pista.
El
domingo comenzaba algo accidentado. Además de retrasarse el inicio por la aparición de algunas zonas con placas de hielo, la caída de un participante de la categoría de motos, Connor Tonner, el cual sería posteriormente hospitalizado y se está a la espera de conocer sus lesiones, obligaba a
sacar una nueva bandera roja y por tanto dilatar aún más la espera hasta la salida de los coches de la categoría reina (desde el año pasado una mezcla entre eléctricos modificados y Unlimited), los que se iban a disputar la victoria. Y los primeros tiempos nos dejaban el dominio de Dumas en los tres primeros sectores.
Romain explotaba su rapidez en los sectores más bajos de la subida, sabedor de que su Norma sufriría en los últimos kilómetros de recorrido, especialmente su motor por la falta de oxígeno a más de 4.000 metros de altitud. Los eléctricos en cambio no tenían dicho problema con la altura e incluso las menores temperaturas permitían funcionar algo mejor las baterías al evitar el sobrecalentamiento. No iba a ser suficiente, y Rhys Millen, principal rival de Dumas, aquejaba una mala elección de neumáticos y un trompo que le dejaban a seis segundos del
tiempo final marcado por el galo, ni más ni menos que un 8:51.445. Ambos se convertían en el segundo y tercer piloto capaces de bajar de la barrera de los nueve minutos, sin embargo sigue estando lejos el tiempo marcado por Loeb en 2013, 8:13.878.
Romain Dumas se coronaba por segunda vez en Pikes Peak, mientras que Rhys Millen conseguía lo propio dentro de la categoría de eléctricos, esta vez sin triunfo en la general. Tetsuya Yamano con el Acura eléctrico, Paul Dallenbach con su Open Wheel de más de 1.000 CV y el mítico Monster Tajima tan sólo conseguían bajar del registro de 10 minutos, prácticamente como
meros comparsas ante dos proyectos de la talla del Drive eO y Norma. El triunfo en el resto de categorías serían para Bruno Langlois en motos con una Kawasaki, Layne Schranz entre los Open con su Chevrolet SS y de David Donner en Time Attack con un Porsche 911 GT3R.