Romain Dumas tuvo que conformarse únicamente con la que iba a ser su tercera victoria
en la Subida a Pikes Peak después de no conseguir el objetivo que se había marcado para la 95ª edición de la Carrera hacia las nubes. No era otro que el de acercarse al
récord conseguido por Sébastien Loeb en 2013, año en el que Red Bull, Peugeot Sport y el piloto alsaciano aunaron fuerzas para rebajar el tiempo en la subida hasta los 8 minutos y 13.878 segundos. Sin embargo, el ya ex-piloto de Porsche
no podría repetir la semana perfecta que completó en 2016, consiguiendo la victoria de las 24 Horas de Le Mans y el mejor tiempo en la Subida a Pikes Peak en apenas siete días. Después de quedarse sin el triunfo entre los LMP2 el pasado fin de semana en La Sarthe, Dumas sí conseguía ser el
King of the Mountain 2017, pero las previsiones no se cumplían,
quedándose a casi 50 segundos del tiempo de su compatriota. ¿Qué había fallado? Es cierto que el recorrido no se encontraba en las mejores condiciones. La nieve había resistido hasta estos primeros días del verano en las cotas más altas y más allá de un asfalto frio, también había numerosos parches en determinadas zonas que llevaron a los pilotos a sufrir más de un susto, entre ellos el Palatov de la categoría Unlimited.
Lo que había fallado en el intento de Romain Dumas volvió a ser el motor preparado por Honda, en el caso del de la barqueta Norma MXX RD Limited, por parte de HPD (Honda Performance Development), el cual ya
había dado problemas durante los test previos y que provocó numerosos cortes en el encendido durante el domingo.
El formato de la subida más conocida del planeta te obliga a jugártelo todo a un único intento, lo que
hipotecar tus opciones de victoria en el caso de problemas mecánicos. En este caso, las condiciones meteorológicas respetaron a los participantes de las principales categorías, no siendo hasta los último veinte participantes que la niebla, y después la niebla, empezara a incidir en las cotas más altas. A pesar de los problemas,
Romain Dumas se anotó de forma autoritaria la victoria, con un crono de 9 minutos y 5,672 segundos, 28 segundos mejor que el tiempo del segundo clasificado, el rookie Peter Cunningham al volante del Acura TLX GT oficial. Los
Unlimited este año no se encontraban a la altura del prototipo Norma de Romain. Sin grandes proyectos entre los eléctricos y con la gran ausencia de
Monster Tajima, el mejor representante al margen de Dumas era el
Enviate Hypercarfabricado por Cody Loveland y pilotado por el especialista Paul Gerrard. Su actuación sólo permitió quedarse a más de un minuto del ganador final, por encima de la antigua barrera de los 10 minutos la cual no pudo resistir el asfalto del recorrido.
Tony Quinn, al volante del Ford Focus de 800 CV, no podría completar la prueba, después de haber sufrido un accidente durante los test que dejó muy dañado su vehículo. Sin coches de la categoría
Unlimited competitivos, serían el resto de categorías las que tomaban el testigo entre los cinco mejores tiempos. Cunningham era segundo y mejor Open, mientras que Clint Vahsholtz completaba el podio, siendo además el triunfador entre los
Open Wheels.
Cuarto era Rhys Millen, primer clasificado en Time Attack 1 y otro de los grandes ausentes en la lucha por la victoria absoluta, mientras que el novato, Chris Fillmore a lomos de su KTM Super Duker 1290 R completaba el Top 5.