El francés vencía su quinto Rally México, pero no es líder del WRC
Jornada prácticamente redonda para Citroën y Sébastien Ogier en la primera prueba de tierra del 2019. La firma de los dos chevrones ya tiene 101 victorias en el Mundial.
Si el de 2018 fue uno de los triunfos más importantes de la carrera para Sébastien Ogier, precisamente en la prueba en la que Loeb realizaba su regreso, el conseguido en 2019 por el francés y su copiloto, Julien Ingrassia también ha sabido a gloria, especialmente después del abandono sufrido en el pasado Rally de Suecia. El piloto de Citroën lograba en la cita norteamericana su segundo triunfo del año, llegando a casa, el Tour de Corse, dentro de poco más de dos semanas, como segundo del Mundial de Rallies con únicamente cuatro puntos de desventaja respecto a Ott Tänak.
Precisament, ellos dos han sido los protagonistas de esta tercera y definitiva etapa del Rally de México. Con apenas tres especiales que sumaban menos de 60 kilómetros cronometrados, la principal incertidumbre se centraba en conocer quién era el vencedor de la Power Stage y si finalmente el piloto de Toyota GAZOO Racing sería capaz de completar la remontada y superar a Elfyn Evans en su batalla particular por la segunda plaza del podio.
Pronto se despejarían las dudas. El líder del WRC tan solo necesitaría los poco más de 22 kilómetros de Alfaro para poder ponerse por delante del piloto galés de M-Sport Ford WRT. Tänak ya era segundo y matemáticamente aseguraba retener la primera posición hasta el regreso del Mundial a Europa. Aun así, Sébastien Ogier se daba el gustazo de no solo ganar, sino también ser el más rápido en la Power Stage, lo que le aseguraba los 25 puntos de la victoria y cinco extra del tramo final.
El golpe pudo ser incluso mayor de no ser por el reguero de abandonos producido especialmente en la jornada del viernes. Thierry Neuville llegó a estar en séptima posición, pero los abandonos de Latvala, Suninen, Sordo, Mikkelsen, Lappi y el pinchazo de Meeke le terminaron por aupar hasta una cuarta plaza muy valiosa. Precisamente Kris sería el encargado de completar las cinco primeras plazas y estuvo muy cerca de llevarse la Power Stage después de haber reservado neumáticos durante las dos primeras especiales del domingo. El norirlandés se encontraría con un depredador llamado Ogier con una velocidad incontestable y dos neumáticos de compuesto medio para atacar a fondo.
En cuanto al resto de competidores, Benito Guerra conseguía ser el mejor R5, venciendo entre los pilotos del WRC2 tras un duelo con Marquito Bulacia que quedó sentenciado el sábado por problemas del boliviano. El mexicano, ganador de la Carrera de Campeones celebrada hace solo unas semanas en el Foro Sol del Autódromo Hermanos Rodríguez, terminaba sexto absoluto, igualando el resultado obtenido en la edición de 2014 al volante en aquella ocasión de un Ford Fiesta RS WRC.
Tras él finalizaba Marquito Bulacia después de llegar incluso a poner contras las cuerdas al ídolo local, mientras que Latvala se debía conformar con la octava plaza al sufrir un problema en el último tramo que no le permitiría ganar la posición con el piloto sudamericano. A ello se sumaba una penalización de un minuto que arrastraba desde el sábado. En cuanto a Dani Sordo, tras exhibir un gran ritmo el viernes, el problema eléctrico le dejó fuera de carrera y sin opciones de victoria. Desde Hyundai reconocían que la situación era inadmisible para el equipo, que un error técnico así no se podía volver a dar. El cántabro lucharía para sumar el máximo número de puntos posible para el campeonato de fabricantes, siendo noveno, pero logrando a efectos prácticos los puntos de la sexta posición para dicho apartado. Ricardo Triviño, copilotado por Marc Martí serían décimos.