Hace sólo una semana estaba en el segundo escalón del podio del Rally de Australia,
acompañando a Andreas Mikkelsen en lo que es posiblemente el último doblete de Volkswagen en el Mundial de Rallies en los próximos años. Tan sólo tres días después, el tetracampeón del WRC estaba volando hacia nuestro país para ponerse por primera vez a los mandos del Toyota Yaris WRC. El piloto francés y su copiloto, Julien Ingrassia,
habían recibido el visto bueno de la firma de Wolfsburgo para probar otros coches a pesar de que el acuerdo que une a las tres partes les mantendría unidos hasta finales de 2017. No había tiempo que perder. La fecha límite para enviar las inscripciones a la FIA del Rally de Monte-Carlo 2017 es
el 16 de diciembre. Apenas tres semanas para buscar un destino lejos del equipo por el que Ogier fichó a finales de la temporada 2011, una vez que su relación con Citroën se dio por terminada. Desde que se conoció la noticia del repentino adiós de Volkswagen Motorsport al Campeonato del Mundo, dos han sido los jefes de equipo que han mostrado públicamente y de manera fehaciente su interés:
Malcolm Wilson y Tommi Mäkinen. El finlandés, también cuatro veces Campeón del WRC, está al timón del regreso de Toyota al Mundial y cuenta con el apoyo económico de uno de los grandes fabricantes del automóvil, algo que obviamente se traduce en
una oferta de contrato muy tentadora para cualquier piloto (la prensa británica habla de 10 millones de € por temporada). Más si tenemos en cuenta que hasta ahora no había sido capaz de atar a ninguno de los cabezas de serie. En contra de los japoneses, las casi dos décadas que lleva el equipo lejos de los tramos,
la reestructuración a la que ha sometido Mäkinen al proyecto durante los últimos meses (prescindiendo prácticamente por completo de la experiencia de Toyota Motorsport GmbH) y las dudas que sigue generando el Yaris WRC en cuestión de rendimiento y fiabilidad respecto al resto de monturas disponibles. A favor,
la promesa de liderar a un equipo con la filosofía nipona de trabajo continuo hasta conseguir los objetivos. Algo que ya hemos podido ver en el WEC.
La otra alternativa principal parece ser trabajar con
Malcolm Wilson al volante de uno de los Ford Fiesta RS WRC de M-Sport y que también probó durante la jornada del viernes cerca de las instalaciones del equipo en Cumbria. Únicamente fue sobre tierra (con Toyota se dio el lujo de hacer también en asfalto mojado), lo suficiente como para
obtener unas primeras sensaciones del potencial que puede tener el modelo de la firma del ovalo. Obviamente el principal pero de un hipotético fichaje por el equipo británico es la falta de apoyo oficial por parte de Ford, sin embargo, un fichaje del cuatro veces Campeón podría arrastrar a los de Detroit de nuevo al sitio del que nunca se debieron ir.
Hyundai y Citroën se desmarcan:
Nada más conocer la noticia de la salida de Volkswagen y que por tanto los tres pilotos de la marca germana quedaban libres, todos los ojos miraron hacia Citroën.
Los de los dos chevrones, que fueron uno de los principales valedores del de Gap en sus primeros pasos en el Mundial, parecían los mejores candidatos para acoger a la pareja francesa de nuevo en su regazo.
Yves Matton reconocía estar interesado en la llegada de Ogier al equipo, sin embargo, con el equipo cerrado desde hacía semanas se encontraba con un muro difícil de superar, conseguir el montante necesario para añadir al mejor piloto del torneo intercontinental a sus filas. Sabedor de lo difícil que era conseguir su fichaje, en Citroën Racing tampoco han querido correr riesgos y
han exigido a Sébastien un contrato firmado antes de probar el nuevo C3 WRC, algo que parece poner muy cuesta arriba la llegada del tetracampeón a Versalles. El caso de Hyundai es similar.
Nandan ya no dejó probar a Neuville el i20 WRC hasta que este había cerrado su renovación con el equipo hasta finales de 2018. El monegasco ha sido el que menos se ha pronunciado sobre su interés en contratar a Ogier, por lo que todo esto deja a M-Sport y Toyota con grandes opciones de llevarse al piloto más deseado del mercado de fichajes.