Advirtió hace unos meses que su intención era la de regresar al regazo de un equipo con apoyo de marca,
que difícilmente seguiría con M-Sport, formación con la que ha conseguido su quinto título Mundial si Ford no tomaba la decisión de regresar justo cinco años después de haber abandonado el WRC. Llegados al parón del mes de septiembre, todo parecía apuntar a que
Sébastien Ogier regresaría finalmente al seno de Citroën Racing, equipo con el que ganó el Mundial Junior y con el que debutaría en campeonato. Nueve años después de aquel debut en el siempre complicado Rally de Gales (prueba en la que precisamente logaría su primer scratch),
Ogier ya acumula cinco títulos intercontinentales junto a su copiloto, Julien Ingrassia. Todos ellos conseguidos precisamente lejos de Citroën, equipo que abandonó a finales de 2011 después de considerar que no había espacio dentro de la formación de Versalles para dos Sébastien y que, en este caso, era Loeb, el que gozaba de la simpatía de los dirigentes. Sin
Guy Frequelin u Olivier Quesnel en las posiciones de mando de la nave roja, todo parecía perfectamente ordenado para la vuelta de un Ogier llamado a liderar la recuperación del equipo tras un año 2017 decepcionante.
Con un irregular Kris Meeke, capaz de los mejor y lo peor, sumado a la prioridad del programa en el Mundial de RallyCross con Peugeot en el caso de Loeb, Yves Matton categorizó el fichaje de Ogier como prioridad absoluta para Citroën.
Ha sido en la antesala del Rally de Australia cuando ha llegado el verdadero mazazo para la estructura con sede en Versalles. En declaraciones a la prensa francesa desplazada a la última prueba del Mundial de Rallies 2017,
Ogier reconocía que actualmente sólo contemplaba dos opciones, ninguna de ellas consistía en recalar en Citroën. La decisión de paralizar las conversaciones antes del Rally de España ya dejaba entrever que había grandes discrepancias con sus compatriotas, algo que
se tradujo en más de 10 días sin reuniones con los responsables del equipo, dando alas a la opción de continuar en la estructura liderada por Malcolm Wilson. Después de que Hyundai atara la incorporación de Andreas Mikkelsen y Toyota hiciera lo propio con Ott Tänak, las opciones para
Ogier se reducían únicamente a dos equipos, algo que el propio Sébastien se encargaría de ampliar a tres variables, apostillando la posibilidad también de una retirada deportiva temprana. Según el piloto de Gap, tras los dos accidentes en Finlandia de este año,
la posibilidad de colgar el casco había sido considerada detenidamente, valorando los muchos riesgos que se toman en competición. Tres meses después, la decisión está tomada al 99%, manteniéndose la dolorosa alternativa de abandonar la competición como uno de los dos caminos posibles.
Estoy 99% seguro de lo que voy a hacer el próximo año. Hoy, o me quedo en M-Sport o paro. Ahora sé a dónde iré el próximo año y lo anunciaré pronto. En cuanto a Ford, no puedo decir más que en Gales, pero sé que tendrá una evolución de motor para el Fiesta en México normalmente. No sucederá con Citroën por una variedad de razones de las que no quiero hablar hoy. Pero si quería probar el C3, creo que podría haberlo hecho.