NUEVA ARMA PARA 2024
La escudería italiana ha puesto su foco en tres áreas con el objetivo de hacer del SF-24 un coche que permita a sus pilotos luchar por ser campeones del mundo de Fórmula 1.
Falta poco más de un mes para el 13 de febrero, fecha marcada en rojo en el calendario por Ferrari para la presentación oficial del que será su monoplaza en 2024. El primer paso en firme del futuro SF-24 ha sido el haber superado el crash test antes de Navidad, una de las pruebas de homologación requeridas por la FIA y que Red Bull no logró superar.
Este acontecimiento se traduce en que la Scuderia podrá iniciar el montaje definitivo de su primera unidad. El conocido Project 676, nombre de código a falta de confirmación oficial, será notablemente diferente a lo visto el año pasado. Con el SF-23, el equipo dirigido por Frédéric Vasseur logró arrebatarle a Red Bull la victoria en Singapur, aunque finalmente no consiguieron superar a Mercedes en su batalla por el subcampeonato.
Tanto Charles Leclerc como Carlos Sainz sufrieron problemas de manejo ante la impredecibilidad del citado SF-23 y la pésima degradación de los neumáticos, lo que derivó en pronunciadas fluctuaciones de rendimiento de una carrera a otra. Por el contrario, pudieron disfrutar de un monoplaza con una buena frenada, una velocidad línea recta envidiable y un paso por curva corta espectacular.
"Estamos cambiando el 95% de los componentes del coche. Quizá se pueda considerar que es una revolución". Con estas declaraciones, el jefe de equipo de Ferrari, Frédéric Vasseur, dejó las expectativas de la próxima unidad de los italianos por todo lo alto. Incluso, muchos hablan de que podría estar en la terna por el campeonato del mundo.
Para corregir los problemas relacionados con el equilibrio dinámico y aerodinámico, Ferrari ha decidido implementar dos modificaciones considerables con respecto a la temporada pasada: un chasis completamente nuevo y una nueva caja de cambios. Gracias al nuevo chasis se solventan los inconvenientes que impedían aprovechar las ventajas del túnel Venturi, a la vez que se alarga para asegurarse el pasar las nuevas normas de protección antivuelco de la FIA.
El difusor, una pieza aerodinámica que aumenta la velocidad del flujo de aire que circula entre el asfalto y el coche, también ha sido modificado, aumentando en 40 milímetros su anchura total. Para conseguirlo se ha diseñado una nueva caja de cambios más estrecha, la cual permite al monoplaza disfrutar de una parte final del fondo plano más estrecha, lo que se traduce en una mayor eficacia tanto del difusor como del 'beam wing'.
La segunda clave del próximo monoplaza de Ferrari reside en la cuestión de poder correr con el coche lo más bajo posible. Para ello, los ingenieros de Maranello han trabajado en una geometría de suspensiones más extrema que nada tiene que ver con la de Red Bull.
"Creo que, de momento, vamos en la buena dirección. No sé si los demás irán más o menos. Lo veremos en Bahréin", aseguraba Vasseur, quien está ante su primer proyecto al 100% con la escudería del Cavallino Rampante. Todo parece muy prometedor y desde Ferrari confían haber acertado, pero hablando de Fórmula 1 siempre queda una duda en el aire, ¿cuánto habrán mejorado los demás?