El pasado fin de semana, Stoffel Vandoorne consiguió finalmente su primera victoria en la Super Fórmula. Hay que decir 'finalmente' puesto que el piloto belga estaba realizando una muy buena actuación esta temporada y empezaba a ser una cuestión de tiempo el verle en lo más alto del podio. El triunfo llegó en un fin de semana con dos carreras, con Yuji Kunimoto firmando su primera victoria en la otra. El éxito de Vandoorne en el certamen japonés llega en un momento dulce de su carrera deportiva, tras confirmarse que el año que viene estará en la Fórmula 1 tomando el lugar de Jenson Button en el equipo McLaren como compañero de equipo de Fernando Alonso. Además,
los puntos que la victoria le da a Vandoorne le sitúan en un lugar en el que el título japonés es una posibilidad real, aunque tendrá que luchar duro para lograrlo. No se trata de un eufemismo ni de la tradicional figura literaria cuando se habla de un objetivo como el título. La realidad es que
la Super Fórmula está viviendo en 2016 su campeonato más ajustado en muchos años, con un registro espectacular en las seis carreras disputadas hasta ahora. En lo que llevamos de año ha habido seis ganadores distintos -nadie ha repetido- y a falta de tres carreras para el final, aún quedan por ganar pilotos como Kazuki Nakajima y André Lotterer.
Las dos carreras del pasado fin de semana en Okayama tuvieron historias muy distintas. El sábado,
Stoffel Vandoorne se aprovechó de la penalización a Kazuki Nakajima por causar una salida abortada y una mala arrancada de Yuji Kunimoto para ponerse en cabeza y mandar hasta la bandera de cuadros por delante de Kunimoto y Narain Karthikeyan. Fue una carrera de demostración de poderío por parte del piloto del Team Dandelion, cuyo compañero de equipo Tomoki Nojiri partía desde la pole position en la segunda carrera. Nojiri pudo haber replicado el éxito de su compañero en la primera carrera y meterse de lleno en la lucha por el título pero con una distancia más larga, la estrategia fue crucial y el nipón perdió el liderato tras las paradas a boxes. Precisamente al volver a pista uno de sus rivales, Nojiri realizó una acción ilegal bajo coche de seguridad y se llevó una penalización que le dejó sin puntos.
Quien mejor jugó la carta de la estrategia fue Kunimoto, que ganó su primera carrera puntuable en la Super Fórmula -ganó un evento no puntuable en 2012-. Al lado de Kunimoto en el podio se subieron Kazuki Nakajima y Hiroaki Ishiura, demostrando una vez más que
los equipos con motor Toyota llevan aún una ligera ventaja sobre los propulsores de Honda incluso a pesar de la gran recuperación de los últimos este año. Pero lo más interesante de las carreras de Okayama, más allá de un espectáculo aceptable en un circuito en el que normalmente cuesta ver adelantamientos, es la situación que queda en la general.
A falta de tan solo tres carreras y con 29 puntos en juego, todos los pilotos tendrían aún opciones matemáticas de ser campeones y
no es ninguna locura llegar a la última cita en Suzuka -con dos carreras- con ocho o diez candidatos. Pero no solo es cuestión de tener el líder pocos puntos en general, sino el hecho de la poca diferencia que hay entre todos los pilotos. De esta forma, entre Kunimoto -líder- y el décimo clasificado hay doce puntos de diferencia. Según el resultado que haya en la próxima carrera, todos mantendrán sus opciones para Suzuka. Mientras tanto,
la realidad dice que solo los cinco o seis primeros clasificados deberían tener opciones reales. Yuji Kunimoto y el campeón en título Hiroaki Ishiura son los mejores situados, con una trayectoria ascencente y en las dos primeras posiciones de la general. Tras ellos, André Lotterer puede dar la sorpresa. Con un talento y experiencia fuera de discusión, no ha ganado aún y la próxima carrera es en un circuito que le gusta, el de Sugo. Una victoria allí podría ser crucial. Yuhi Sekiguchi y Stoffel Vandoorne serán los "dark horses" de la categoría. Con talento a raudales pero sin experiencia al ser el primer año en la Super Fórmula de ambos. Tanto uno como el otro han sorprendido y pueden hacerlo aún en las tres carreras que quedan. Finalmente, Naoki Yamamoto está a tan solo un punto de Vandoorne y teniendo en cuenta lo bien que va en Suzuka, podría aún optar a ganar. Más allá, es difícil imaginar que un piloto pudiera ir tan bien como para recuperar la desventaja existente. Lo que está claro es que
la Super Fórmula se dirige hacia un final de infarto.