La quinta prueba del mundial de 1982 vivió un espectacular duelo por la victoria entre Renault y Ferrari
Jean-Claude Andruet llevó a Ferrari a su único podio en el WRC tras perder una batalla con el popular Jean Ragnotti.
A lo largo de la historia del Campeonato del Mundo de Rallies, el Tour de Corse ha tenido siempre una presencia muy particular, a menudo con ganadores sorprendentes y actuaciones inesperadas. Una de las más espectaculares llegó en la edición de 1982 en un evento en el que se recuerda la victoria de Jean Ragnotti con el Renault 5 Turbo. Mucho menos recordada es la presencia de otras dos marcas en el podio cuya historia está mucho más ligada a los circuitos que a los tramos: Ferrari y Porsche con la segunda y tercera posición respectivamente. Se trata del único podio de la firma italiana, además de uno de los últimos de los alemanes.
La temporada de 1982 estaba marcada por el duelo entre los nuevos Grupo B y los Grupos 1 y 4, aún dominantes en un año de transición. El Tour de Corse en Francia era el quinto rally de un total de doce y hasta el momento los triunfos habían sido de Walter Röhrl, Stig Blomqvist, Michèle Mouton y Shekhar Mehta. En otras palabras, las victorias eran de Opel, Nissan y Audi, que cada vez dejaba más claro que la tracción integral era el camino a seguir para el mundo de los rallies. Pero si por algo se tenía que caracterizar el Tour de Corse era por dar una gran oportunidad a los coches con tracción trasera de poder pelear con los novedosos tracción integral.
El asfalto corso era el lugar ideal para que coches de corte mucho más deportivo tuvieran alguna oportunidad. Además, la gran cantidad de especialistas de asfalto franceses con experiencia en el campeonato galo y sobre todo con ganas de lucirse en casa era enorme, dándole al evento un color muy distinto. Precisamente por lo especial de la prueba, Lancia eligió este lugar para hacer debutar el 037 que aún usaba tracción trasera. Junto a este coche y la multitud de Renault R5 Turbo, Porsche 911 SC y Ferrari 308 GTB, Bernard Darniche sorprendió al mundo con un BMW M1.
Habiendo logrado el año anterior la última victoria mundialista del Lancia Stratos en este mismo evento, Darniche era un teórico favorito a pesar de lo inusual de su maquinaria. Pero problemas técnicos le dejaron pronto fuera de combate. Además, el M1 se mostró demasiado grande para los revirados tramos del Tour de Corse. Los coches con tracción integral aún estaban lejos de perfeccionarse y eso hacía que tuvieran una importante tendencia al subviraje, terrible en esta prueba. Eso hizo que el primer coche de estas características al final del rally fuera el de Michèle Mouton, séptima a 32 minutos y medio del vencedor. De hecho, sería el único coche con tracción a las cuatro ruedas en terminar en una posición decente...
De esta forma, el protagonismo quedaba para los tracción trasera y en especial para dos hombres más que nadie más. Jean Ragnotti y Jean-Claude Andruet protagonizaron un duelo espectacular por el primer puesto. El primero era, claro está, piloto de Renault. Mientras tanto, el segundo era esencialmente el hombre que había logrado convencer a Enzo Ferrari de meterse en los rallies a través del importador francés Charles Pozzi. Andruet logró liderar la prueba durante buena parte de la misma pero en el segundo de los tres días, la lluvia lo cambió todo. Andruet andaba en cabeza y al llegar al parque de servicio justo tras la aparición del líquido elemento, se encontró con que su camión de servicio no había llegado al punto en el que tenía que estar.
El resultado, la ausencia de neumáticos de pista mojada y la obligación de seguir con gomas de seco. El final de la segunda jornada fue por lo tanto mucho más favorable a un Ragnotti que pudo sacarle a su rival una ventaja de varios minutos. El igualado ritmo de ambos pilotos hizo que el último día no viera cambios significativos y el hombre estandarte de Renault se llevó la victoria. Era el primer triunfo de Jean Ragnotti en el Tour de Corse, además de la segunda victoria en el mundial del Renault 5 Turbo tras el Monte Carlo del año anterior. En cuanto a Jean-Claude Andruet, tenía que combinar la satisfacción del primer (y único) podio de Ferrari en el WRC y la decepción por perder una victoria que había sido más que posible.
El podio lo completó, aunque a casi nueve minutos, Bernard Béguin en el Porsche 911 SC de Alméras, mientras el primer candidato al título era Walter Röhrl con una decente cuarta posición. El top 5 lo cerró Bruno Saby con otro Renault 5 Turbo. Bastante más atrás, Markku Alén llevó el Lancia 037 a la novena posición en su debut. El ritmo había sido bueno pero varios problemas le retrasaron. El Grupo B había mostrado sus dientes. Irónicamente, en este primer evento del 037 llegó la preocupación por la dificultad de su pilotaje por un accidente de Attilio Bettega, que perdería la vida en 1985 con el mismo modelo, precipitando el fin del Grupo B.
En cuanto al Campeonato del Mundo de Rallies, Röhrl lograría mantenerse en liza hasta el final, completando la gesta de ser el último piloto en proclamarse campeón del mundo con un coche con tracción trasera. Habría más victorias para coches de este tipo, como el radical Lancia 037, pero el inicio del cambio había empezado. Eso sí, el Tour de Corse se mantendría durante muchos años como un bastión de los coches más deportivos, incluso con la llegada del WRC al tener que batallar con los Kit Car con tracción delantera que dieron más de uno y más de dos sustos a los grandes nombres del mundial.