Ausente de la competición internacional desde su decisión de abandonar el Mundial de Rallies llegados al final de la temporada,
Volkswagen Motorsport sigue definiendo los puntos de su futuro deportivo. Además de conseguir hace unas semanas los títulos de equipos y pilotos en el Mundial de RallyCross, este mismo fin de semana conseguía su segundo título en el GRC, lugar en el que Scott Speed completaba su particular
hat-trick tras haberse alzado también con los campeonatos de 2015 y 2016 al volante del Volkswagen Beetle Supercar. Mientras que en Hannover se ha empezado a trabajar en el próximo proyecto carreras-cliente para rallies, el Volkswagen Polo R5,
Volkswagen Motorsport ha anunciado hoy mismo su intención de regresar a una de las carreras más famosas del mundo:
la Subida a Pikes Peak. Lo hará con un prototipo 100% eléctrico cuyo primer objetivo es el de batir el mejor tiempo logrado por un vehículo alimentado por baterías en los casi 20 kilómetros de recorrido de la prueba de montaña más reconocible a nivel planetario. No será fácil. Para ello deberá bajar de la temida barrera de los nueve minutos,
hasta superar los 8 minutos y 57,118 segundos logrado por Rhys Millen en la edición de 2016 al volante de la barqueta de Oscar eO, el
PP100 con más de 1.000 CV de potencia. Confiarán en hacerlo con un prototipo monoplaza con
tracción total y con una aerodinámica muy desarrollada, la cual recuerda en parte a los prototipos de la categoría reina del Mundial de Resistencia.
En un segundo plano queda por el momento la opción de rebajar el actual récord absoluto de la ‘Carrera hacia las nubes’ logrado en 2013 por
Sébastien Loeb al volante del Peugeot 208 T16 PPIHC de 875 CV con el que logró un crono de 8 minutos y 13,878 segundos aprovechando la recién estrenada configuración 100% asfaltada del recorrido. A pesar de los intentos de los últimos años, especialmente por parte de
Romain Dumas, dos veces ganador de la prueba, ese registro sigue permaneciendo inalcanzable para todos los participantes que han participado en las cuatro últimas ediciones. El equipo alemán, dirigido por el ex-copiloto
Sven Smeets, ha bautizado este proyecto con el Hastag #
UnfinishedBusiness, haciendo referencia a la participación de Volkswagen oficialmente en los años
1986 y 1987 con el revolucionario Volkswagen Golf Bi-Motor. En la segunda de las intentonas, carrera que finalmente sería ganada por Walter Röhrl con el icónico Audi Sport Quattro S1, el Golf equipado con dos motores de 326 CV cada uno, pilotado por
Jochi Kleint, llegó a marcar el mejor registro en la primera parte del recorrido, sin embargo, un problema con la suspensión delantera arruinaría su participación a falta de sólo tres curvas (de las 156 que conforman el recorrido) para llegar a la cumbre de 4.300 metros. Será la forma de que Volkswagen Motorsport regrese a la competición internacional y que amplíe su visibilidad en Estados Unidos. Además, supondrá el primer paso en
la nueva estrategia de electrificación que se ha planteado el fabricante de Wolfsburgo para la próxima década.