La competición se reanuda la próxima semana, en el GP de Austria
Tras confirmarse los malos resultados económicos de 2019 y la salida de su patrocinador personal, Williams afronta uno de sus años más complicados
Acosados por los problemas financieros, Williams Racing anunciaba en plena pandemia su decisión de poner en venta al equipo como forma de supervivencia. Los de Grove iban a considerar un amplio espectro de soluciones, desde la llegada de nuevos inversores, hasta la venta parcial y total. Esta crisis, iniciada por los resultados del 2019, se veía influenciada por el retraso en el inicio de la competición, así como la decisión de ROKiT, el que iba a ser su patrocinador principal hasta finales de 2023, de terminar con la colaboración después de apenas un año.
Con todo ello, una de las estructuras más históricas de la parrilla se veía obligada prácticamente a replantear por completo la temporada, incluida la librea que empleará en sus monoplazas. El FW43 había sido vestido en parte del rojo corporativo de ROKiT en su presentación, realizada en el ya lejano mes de febrero. A partir de ese momento, la evolución del equipo le ha obligado a adoptar un nuevo diseño, recuperando el azul celeste y el oscuro para acompañar al blanco utilizado como lienzo desde la llegada de las unidades de potencia híbridas.
La llegada de Nicholas Latifi a uno de los asientos titulares junto al protegido de Mercedes-AMG F1, George Russell, ha permitido también introducir dos patrocinadores, el fabricante de alimentos canadiense Sofina y la marca de café italiana Lavazza, mientras que Acronis tiene su espacio en la decoración debido al acuerdo de asociación tecnológica que tiene actualmente con Williams Racing. Por último, el movimiento #WeRaceAsOne con el arcoíris como seña de identidad, también tendrá su presencia en la nueva librea, algo que también sucederá en McLaren y que pretende dar su apoyo a la lucha contra el racismo y a los afectados por el COVID-19.
Se plantea un año complicado de esta forma para la escudería británica, necesitada de dinero de los derechos televisivos del Mundial de Fórmula 1 y obligada a recuperar en parte el rumbo deportivo después de un 2019 en el que tan solo Robert Kubica conseguiría un punto, en el caótico Gran Premio de Alemania, y que el equipo terminara en el farolillo rojo. Un año antes también fueron décimos, por lo que la prioridad será la de alejarse de la última posición de la general.