Desde el estallido del escándalo de las emisiones hace ya dos años,
los motores diésel han estado en tela de juicio. Muchos de los fabricantes ya cuentan con un plan para ir sacándolos poco a poco de sus líneas de producción hasta sustituirlos por completo a mediados de la próxima década por las nuevas tecnologías, entre las que
se encuentran los vehículos híbridos y poco a poco la introducción del coche eléctrico, el cual ira ganando en autonomía e infraestructuras de forma prácticamente exponencial. Sin embargo, sigue habiendo fabricantes que creen que sigue habiendo oportunidades dentro de la industria del automóvil para las motorizaciones diésel. El fabricante germano de neumáticos,
Continental, apuesta por ello tal y como ha demostrado en su último proyecto. Con este
Volkswagen Golf TDI se quiere exponer la posibilidad de alargar la vida de los motores alimentados por gasoil, siempre y cuando se haga uso de las nuevas tecnologías que permitan reducir la huella dejada por este tipo de mecánicas. Ha sido en el
Simposio Internacional del Motor que se celebra durante estos días en Viena, en la que Continental ha querido presentar este Volkswagen Golf en el que han volcado sus conocimientos para tratar de reducir las emisiones que producen los motores diésel. El objetivo era el de centrar el estudio en reducir precisamente estos valores en
los momentos que más NOx se genera dentro del ciclo de combustión.
El objetivo es el de adaptarlo a las nuevas normativas basadas en los ciclos RDE o el WLTP, mucho más restrictivos que el actual NEDC. Entre las modificaciones que incorpora, nos encontramos con
un nuevo catalizador con sistema de calefacción eléctrica con el que se consigue alcanzar la temperatura optima con mayor rapidez y, por tanto, que todos los gases que pueden quedarse sin tratar con el sistema tradicional después del
arranque en frío se vean claramente reducidos. Además, el motor de serie con el nuevo catalizador se acompaña de un sistema
Common-Rail que alcanza presiones de hasta 2.5000 bares y un nuevo control sobre la distribución variable. Por último, la instalación de
un sistema híbrido de 48 voltios con alternador reversible y hasta 15 kW de potencia, permite que la mecánica diésel encuentre la ayuda necesaria en ciertas situaciones, como son
la aceleración o las recuperaciones. Se exige menos a la mecánica de combustión interna y por tanto se reducen las emisiones y el consumo. Los datos revelados por Continental hablan de que
podemos estar ante una reducción del 60% de las emisiones NOx, un 2% de las de CO2 y una mejora en el consumo que también se mueve en los valores del 2%. Unas modificaciones 'mínimas' a un motor actual que podrían enseñar el camino a los motores diésel que se utilizarán hasta mediados de la próxima década, una vez la tecnología híbrida, eléctrica y la pila de combustible ya se encuentren afianzadas y desarrolladas.