Con la cuarta generación del Mégane, Renault pretende reconquistar a los usuarios que habían perdido la simpatía por la marca. Para ello se ha trabajado en todo lo relacionado con el equipamiento, la sensación de calidad percibida y el comportamiento dinámico, logrando un equilibrado representante en el segmento de los compactos.
La estética fluida y muy elaborada ha ganado en empaque y dinamismo, con muchos detalles de diseño que consiguen mejorar la primera impresión. Desde las curiosas formas de las ópticas principales hasta los muchos elementos cromados o la estampación de las puertas
han sido pensados para conseguir enamorar al primer vistazo, algo que en anteriores entregas se había dejado de lado.
Este mismo deseo por enganchar a los consumidores nada más verlo se percibe en el habitáculo, ahora recubierto con materiales de superior calidad y añadiendo toques tecnológicos como la pantalla multifunción de generosas dimensiones en la consola central. Como buen
Renault podrá tener muchos elementos de equipamiento desde los niveles más accesibles y en esta cuarta entrega se estrenan algunos que hasta la fecha no eran posibles, como el lector de señales de tráfico, el control de crucero adaptativo o la
alerta de objetos en el ángulo muerto situada en los retrovisores. Esta cuarta entrega será también la primera en poder ir equipada
con un sistema de dirección a las cuatro ruedas. Bautizada con el nombre 4Control, mejora el comportamiento dinámico, y ayuda a realizar los giros con mayor rapidez y precisión. Estará disponible en el acabado GT en una primera fase.
En ese mismo nivel de acabado GT estará disponible igualmente
el sistema Renault Multi-Sense con el que se puede variar el tacto de la dirección, la sensibilidad del acelerador, la entrega de potencia, la respuesta de la caja de cambios automática e incluso la iluminación ambiental del habitáculo. Se podrán elegir
cinco modos diferentes de funcionamiento: Normal, Comfort, Sport, ECO o RS según versiones, y uno adicional que deja libre elección de los parámetros al usuario. La oferta mecánica estará formada por varios motores de gasolina y diésel, no estando previsto a corto plazo ningún híbrido. Los que busquen una alternativa a estos dos combustibles podrán elegir
a lo largo del 2016 una motorización alimentada con GLP y que será anunciada más adelante.
En gasolina el motor de acceso es el
1.2 TCe con 100 CV que se combina con una caja manual de seis velocidades. Justo en un escalón superior está el más equilibrado
1.2 TCe con 130 CV que podrá elegirse con la citada transmisión o bien la de doble embrague con siete velocidades. Como tope de gama inicial llega un
1.6 TCe con 205 CV que sólo podrá combinarse con el nivel de acabado GT y la
caja EDC de doble embrague con siete velocidades. Será la opción más rápida, pudiendo alcanzar los 233 km/h de velocidad máxima.
En cuanto a la oferta diésel, la gama arranca con el
1.5 dCi con 90 CV y cambio manual de seis velocidades. Enfocado principalmente para flotas,
será el 1.5 dCi con 110 CV el más equilibrado de todos para los particulares por su buena relación prestaciones-consumos. Se podrá elegir con cambio manual o bien el EDC con seis velocidades. Por encima de estos dos bloques hay otras dos opciones
, un 1.6 dCi con 130 CV y un 1.6 dCi TwinTurbo con 160 CV que sólo puede ir acompañado del cambio secuencial de doble embrague con seis velocidades y el nivel de acabado GT. Según los datos homologados
los Mégane diésel tienen unos consumos y emisiones muy buenos, mejorando los registros declarados por sus rivales más directos. En gasolina sin embargo están en un término medio, sin brillar en este aspecto.