Al Volkswagen Golf Plus le pesaban mucho los años y para remediarlo la firma alemana lanzó
una nueva generación del monovolumen pero con el apellido Sportsvan.
Juega a medio camino entre el Golf convencional y el Touran en términos de espacio y versatilidad, sumando un comportamiento muy similar al de cualquier turismo. Con un diseño elegante y bien definido,
el Golf Sportsvan supone un salto cualitativo importante respecto a su predecesor. Incluye muchos elementos estilísticos que aportan dinamismo al conjunto sin que por ello pierda ese lado serio que han de tener este tipo de vehículos.
En el interior por calidad y presentación no admite tachas. Todos los plásticos empleados
transmiten solidez y son acolchados mientras que la disposición de los mandos resulta muy cómoda, con todos ellos al alcance de la mano. Hay ciertos detalles de calidad como las
guanteras de las puertas forradas, suelo de goma en los huecos porta-objetos y la grata sensación que transmiten los botones al tocarlos.
Respecto a un Golf convencional el Sportsvan aporta un plus en espacio en las plazas posteriores gracias en parte a una banqueta deslizante con la que se puede aumentar esa cota o la capacidad de maletero.
No es tan modulable como un Renault Scénic o Citroën C4 Picasso al no contar con todos los asientos independientes pero para eso la marca ya tiene el
Touran. Las posibilidades de equipamiento están a muy alto nivel. Pueden tener control de crucero adaptativo,
alerta de cambio de carril involuntario, sistema de frenada automática en ciudad, detector de objetos en ángulo muerto y en maniobras de macha atrás, lector de señales tráfico,
suspensión adaptativa y ópticas con tecnología LED.
Los niveles de acabado disponibles en el momento de escribir estas líneas son los denominados
Edition, BlueMotion, Advance, Sport y R-Line, además de una edición especial denominada
Special Edition que mejora la dotación sin que el precio aumente en la misma proporción. Aunque el precio del Sportsvan es superior al de sus rivales,
Volkswagen regala paquetes de equipamiento que compensan en cierto modo el coste adicional. La oferta de motores en gasolina arranca con el pequeño
1.2 TSI de 110 CV que se ofrece con una caja manual de seis velocidades. Justo por encima se sitúa el nuevo
1.0 TSI con 115 CV que da vida al BlueMotion y que destaca por sus bajos consumos, con una cifra en ciclo combinado de 5,1 L/100.
Como opciones más prestacionales están
los 1.4 TSI con 125 y 150 CV de potencia. Ambos vienen de serie con una transmisión manual de seis velocidades
, dejando en opción la caja secuencial de doble embrague con siete y seis velocidades respectivamente. En diésel la familia contempla como opción básica
el 1.6 TDI con 110 CV que además es la variante más frugal, con
un consumo medio de sólo 3,8 L/100 en su versión BlueMotion. Puede ir asociado a una caja manual o de doble embrague. Como tope de gama está el
2.0 TDI con 150 CV que consigue un elevado nivel de prestaciones con un gasto muy contenido, siendo una de las alternativas más atractivas de la gama.