Muchos usuarios de la carretera desconocen que la seguridad también caduca
¿Qué sucede con los cascos de seguridad con el paso del tiempo? ¿Siguen siendo seguros o conviene sustituirlos?
Los sistemas de seguridad de nuestros coches nos ayudan en caso de una situación comprometida, convirtiéndose en la mayoría de ocasiones en nuestros “ángeles de la guarda” cuando se trata de enfrentarse a un accidente de circulación. Cada día surgen nuevos elementos de seguridad que apuestan, sobre todo, por evitar llegar a la colisión.
Sin embargo, en otros vehículos (como las motos), pese a que cada vez es más habitual encontrar motocicletas en el mercado con elementos como el ABS (antibloqueo de frenos) o control de tracción, debemos tener claro que, en caso de accidente, buena parte de la “carrocería” de la motocicleta es nuestro propio cuerpo.
Es por ello que los motoristas utilizan elementos como chaquetas, guantes o pantalones específicos, amén del omnipresente casco que es obligatorio siempre, en cualquier situación y en cualquier circunstancia, sin importar las condiciones. Sin embargo, lo que no muchos usuarios de este sistema de seguridad conocen es que se trata de un elemento con fecha de caducidad, que conviene prestar atención a sus características y no dejar pasar su renovación.
• El casco tiene fecha de caducidad
El casco es un elemento que salva cada año decenas y decenas de vidas en nuestras carreteras. Protege la cabeza y el cuello de deceleraciones bruscas y de impactos severos, absorbiendo la energía desatada en una colisión. Compuesto por numerosos componentes y por diferentes capas, los diferentes elementos que actúan en conjunto pueden llegar a deteriorarse hasta el punto de ser necesaria su sustitución.
De hecho, los cascos suelen contar con una etiqueta que muestra su fecha de fabricación, de manera que es más fácil calcular el desgaste al que han sido sometidos algunos de sus componentes. Si tu casco está compuesto por policarbonato, es recomendable sustituirlos cada 5 años, sobre todo si su utilización ha sido intensa.
Si tu casco está fabricado en fibra, su durabilidad es algo más alta, pero no deberías dejar pasar más de 7-8 años para sustituirlo. Es recomendable también prestar atención a los rellenos y mullidos interiores, ya que suelen estar compuestos por espumas que no se llevan muy bien con la humedad y la condensación.