MANTENIMIENTO
Si tu coche ha perdido alegría y consume más de la cuenta, ha llegado el momento de quemar carbonilla: te explicamos cómo hacerlo.
Tener al día el mantenimiento del coche es fundamental para prevenir averías, alargar su vida útil y evitar imprevistos como un resultado desfavorable o negativo en la inspección técnica. Muchas veces esa rutina se reduce a sencillos gestos con los que ayudamos a nuestro vehículo. El mejor ejemplo de ello son estos trucos para mantener tu motor a salvo de la temida carbonilla (sobre todo si es diésel).
¿Qué es la carbonilla? Todos los residuos sólidos que se producen en la combustión de la gasolina y el diésel: no llegan de repente, se van acumulando con el paso del tiempo. Sabrás que están ahí porque cambiará el comportamiento del coche: parecerá que tiene menos potencia, el consumo subirá y humeará en exceso.
Trucos para eliminar la carbonilla
Este problema se produce tanto en vehículos impulsados por un motor de gasolina como en aquellos equipados con uno diésel, pero el problema suele ser más frecuente en estos últimos porque el nivel de residuos que se acumula en sus cámaras de combustión es más elevado. Para remediarlo tenemos cinco trucos: dos de ellos requieren pasar por el taller, otro tiene un coste y los dos últimos son gratis.
1. Desmontar el motor
Si no te queda más remedio que acudir a tu mecánico de confianza y la avería es más seria de lo que parecía en un principio, la solución pasa por desmontar para limpiar. Un proceso costoso: tanto en tiempo como en dinero.
2. Descarbonizar el motor
Seguimos en el taller. La fórmula más empleada hoy en día pasa por descarbonizar el motor, es decir, quemar la carbonilla de los cilindros o del escape sin desmontar nada. Para ello, introducen hidrógeno y oxígeno porque su combustión se lleva a cabo a elevadas temperaturas y elimina los residuos sólidos, que salen en forma. Es una técnica que no afecta a las piezas mecánicas y su precio suele oscilar entre los 30 y los 100 euros.
3. Limpieza
Usar productos específicos que ayudan a limpiar el motor también puede ayudar a que esa generación de residuos sea menor. Una tarea a la que también contribuye el hecho de decantarse por combustibles y aditivos.
4. Quema tu carbonilla
Llegamos, ahora sí, al primer truco gratuito. ¿Cómo puedes quemar tú mismo la carbonilla acumulada? Conduciendo unos treinta minutos a 60 km/h con un régimen de giro alto que supere las 3.000 rpm y complementándolo con varios acelerones hasta el corte. Así elevamos la temperatura del caudal de los gases del escape facilitando el quemado de las partículas acumulas en el filtro de partículas y eliminando parte de la carbonilla del motor. Y no, el coche no sufre.
5. Huye de la ciudad
La conducción urbana es una de las grandes enemigas de los motores diésel porque obligamos al motor a trabajar a bajas revoluciones. Para evitar que tu rutina diaria acorte la vida útil de tu coche, de vez en cuando, circula por una autovía: de esta manera, la mecánica alcanzará una temperatura más alta de la habitual con la que podrá eliminar esos residuos acumulados.
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