NORMAS DE CIRCULACIÓN
El objetivo de las Zonas de Bajas Emisiones es limitar el acceso y circulación a los coches más contaminantes. O lo que es lo mismo: a aquellos que no tienen el distintivo ambiental de la Dirección General de Tráfico. Si es tu caso, no te des por vencido porque hay algunas maneras de evitar estas limitaciones: eso sí, no son baratas y requieren algo de tiempo.
Las Zonas de Bajas Emisiones, presentes en España desde este 2023, son áreas donde el acceso y la circulación de los coches estará limitada: dependerá de cada ayuntamiento, pero los más contaminantes, aquellos vehículos sin etiqueta ambiental, están en la diana. Para ellos existen algunos trucos que les ayudarán a evitar todas las restricciones: algunos no son fáciles y todos tienen algún coste, pero puede que, en tu caso, merezcan la pena.
1. Pásate al GLP
Una manera de conseguir el distintivo ambiental de la DGT pasa por convertir tu coche a GLP: con esta transformación te corresponde la etiqueta Eco, la misma que lucen los híbridos y los microhíbridos. Con ella podrás acceder a las 149 ZBE sin problema alguno.
Eso sí, no es una opción para todos los motores: si tu coche es diésel no es lo más recomendable y si es de gasolina, sólo obtendrás la pegatina si está homologado con la norma Euro 4, Euro 5 y Euro 6. En este caso, la conversión cuesta entre 1.500 y 2.000 euros: ¿es rentable? Sí, si vas a hacer muchos kilómetros al año con un modelo cuyo consumo es alto: amortizarás la inversión entre los 30.000 y los 50.000 kilómetros y el ahorro en combustible será del 40% porque, incluso con la inflación, cuesta la mitad que la gasolina o el diésel.
Si te decantas por esta opción, será un taller quien deba instalar el depósito para el gas (ubicado, normalmente, en la zona del maletero), un circuito (con un inyector específico, válvulas, filtros y sensores), una centralita electrónica y un control en el puesto de conducción. Este proceso tiene que ser homologado en un laboratorio del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, después hay que pasar la ITV para que quede reflejado en la tarjeta de la inspección técnica y, por último, debes modificar los datos en el registro de Tráfico.
2. Convierte tu coche en un eléctrico
En algunos coches de combustión es posible sustituir el motor térmico por uno eléctrico: una operación que cuesta unos cuantos miles de euros, pero que siempre será más asequible que comprar un vehículo nuevo de baterías. Con esta operación, obtendrás la etiqueta Cero de la DGT… y sobre ella, de momento, no pesa ninguna restricción, así que podrás circular sin limitaciones por cualquier ciudad española.
Igual que en el caso anterior, este cambio necesita ser homologado, por lo que deberás cumplir todos los pasos que te hemos explicado antes: laboratorio, ITV y Tráfico.
3. Matricula tu coche como histórico
A los coches históricos no les afectan algunas normas anticontaminación porque están exentos de cumplirlas: el acceso y circulación por las ZBE es una de ellas porque la DGT entiende que sus propietarios no emplean estos vehículos a diario o con la misma frecuencia que uno convencional.
Matricular tu coche como histórico es la opción más asequible (suele costar unos 600 euros), pero el proceso burocrático es tedioso y, además, el vehículo debe cumplir una serie de requisitos: tener una antigüedad mínima de 30 años, estar incluido en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español o estar declarado bien de interés cultural, tener un interés especial o estar considerado de colección.
Si reúne estas condiciones, el papeleo será parecido al de las conversiones a gas o a eléctrico. Tendrás que pasar por un laboratorio oficial, el fabricante o un club de automóviles clásicos debe certificar la antigüedad, tendrás que solicitar la consideración de histórico a Industria, pasar la ITV y hacer el cambio de matriculación en Tráfico. Y recuerda que los coches históricos pueden tener límites de uso y circulación.