SEGÚN LA FUNDACIÓN MAPFRE
Una conversación tranquila reduce la atención en la conducción porque es una distracción para nuestro cerebro
La Fundación Mapfre ha elaborado un informe titulado ‘Teléfono móvil, cansancio, somnolencia y distracciones al volante’ en el que, entre otras cosas, evalúa los efectos del uso del manos libres cuando estamos al volante. Sí, está permitido, pero influye en nuestra conducción y aumenta la posibilidad de cometer errores serios: puede llevarnos a cometer 45 infracciones en una hora.
Una conversación altera el proceso cognitivo que nuestro cerebro pone en marcha para conducir: escucha a la persona con la que estamos hablando, asimilar lo que nos está diciendo y dar una respuesta mientras conducimos se puede traducir en pérdidas de trayectoria, reducción del tiempo de reacción o infracciones como, por ejemplo, saltarse un semáforo que está en rojo. A pesar de que está permitido, es una distracción y éstas son las causantes de 300 muertes cada año en nuestro país.
Menos atención al volante
Uniendo fuerzas con Adhara Research y el Instituto de Movilidad Sostenible, han analizado el comportamiento de 24 conductores en un simulador de conducción: la mitad de ellos estaban cansados y el resto se enfrentaron a la prueba a primera hora del día después de haber descansado correctamente. Uno de los test consistía en evaluar su actividad cerebral mientras hablaban por el sistema de manos libres.
Los resultados no dejan lugar para las dudas: la concentración de los conductores disminuía con la charla mantenida y llegaban a cometer más del doble de errores que cuando circulaban sin usar el manos libres. Incluso cuando la conversación era calmada: no en vano, una llamada tranquila reduce la atención en un 36%. Si, por el contrario, es más estresante el porcentaje se incrementa hasta el 40%. Además, el simple hecho de hablar con alguien puede llevarnos a cometer hasta 45 infracciones en una sola hora. Una de las más destacadas es saltarse un semáforo: es tres veces más probable en el segundo caso que en el primero.
Más consumo
Al peligro que supone para nuestra seguridad vial y para la del resto de usuarios de la vía hay que añadir los efectos económicos que puede tener e nuestro bolsillo. Aunque no lo parezca, el estudio desvela otro de los efectos del uso del manos libres al volante: un aumento en el gasto medio de combustible que puede llegar a ser del 9,5%. ¿La razón? Cambian nuestra forma de conducir: aceleramos más bruscamente, se incrementan los frenazos y hacemos un uso incorrecto de las marchas.