NO TE FÍES DE NADIE
Los ladrones especializados en automóviles no han dejado de proliferar en los últimos años y han perfeccionados sus métodos. Te explicamos cuáles son y cómo evitarlos.
En España, los robos de vehículos continúan siendo una preocupación persistente para sus propietarios, con una frecuencia que, lamentablemente, parece estar en aumento desde el año 2020 y sobre todo en las periferias de las grandes ciudades. Con todo y por suerte, nuestro país se encuentra lejos de la cabeza de la Unión Europea por esta clase de sustracciones, pues ocupamos la posición 17 de entre todas las naciones que la componen.
Los ladrones de coches han perfeccionado muchísimo una amplia gama de métodos y procedimientos, desde los clásicos trucos hasta las técnicas que requieren algunas de las herramientas más modernas, adaptándose al tipo de automóvil y al entorno donde se encuentran. Según estadísticas recientes, algunos modelos fabricados por el Grupo Volkswagen encabezan la lista de los más robados, lo que subraya la necesidad de que sus usuarios estén al tanto del modus operandi de los casos y cómo evitarlos.
Los ladrones especializados en coches emplean sofisticados dispositivos electrónicos, la mayoría de los cuales son totalmente ilegales, para sortear los sistemas de seguridad de los vehículos más modernos. Los más habituales son los inhibidores de mando a distancia y la copia de las señales que emiten llaves inteligentes durante la apertura o el cierre. Para protegerse contra estos métodos, es clave utilizar sistemas de seguridad adicionales, como alarmas o dispositivos antirrobo que dificulten el acceso al vehículo.
Esta técnica implica la reprogramación de las llaves para obtener acceso al interior del coche y al arranque de su motor, pudiendo robarlo. Para ello, se utilizan aparatos muy complejos que sólo suelen usarse en talleres autorizados. Para prevenir este caso, los propietarios deben tener cuidado de no dejar sus mandos a distancia desatendidos en lugares públicos y considerar la instalación de sistemas de rastreo GPS (vía satélite) que permitan localizar el vehículo en caso de sustracción.
También hay ladrones que utilizan herramientas menos especializadas, como ganzúas, palancas de acero, destornilladores e incluso radiales para forzar las cerraduras de los vehículos y lograr su acceso. Para defenderse de este método, que es el más tradicional y habitual dentro de los agresivos, se recomienda estacionar el vehículo en áreas bien iluminadas y relativamente seguras, así como emplear cerraduras adicionales o algunos sistemas de inmovilización.
Esta técnica es la más peligrosa con diferencia, pues puede implicar el uso de la fuerza por parte del delincuente. Habitualmente, el ladrón va acompañando y provoca un leve accidente con el vehículo que desea robar para que el conductor lo abandone al querer comprobar los daños. También se fingen avisos de avería como una matrícula caída, un escape humeante o una rueda pinchada. Para evitar convertirse en víctima de este método, mantén las puertas cerradas y no confíes en nadie salvo en las autoridades.
En algunos lugares concurridos donde no abunda el espacio para aparcar, es habitual encontrar un servicio de aparcacoches o "parking valet". Sin embargo, existen casos en los que los supuestos miembros de un establecimiento en realidad son ladrones en busca de automóviles de alta gama. Para evitar caer en esta trampa, es crucial verificar la legitimidad de los aparcacoches antes de entregar las llaves del vehículo y llamar a los responsables del establecimiento si es necesario.